
City National Bank of Florida no sólo resultó caro para Caja Madrid por la compra astronómica (1.117 millones de dólares, unos 800 millones de euros), sino por la mala gestión llevada a cabo por el expresidente del grupo español, Miguel Blesa, que en la actualidad se encuentra en prisión preventiva por la adquisición de esta entidad estadounidense.
La caja tuvo que inyectar 100 millones de dólares (unos 75 millones de euros, aproximadamente) a City en marzo de 2010 por la "mala" e "inviable" gestión en el poco más de un año que llevaba bajo su poder y que coincide con la era Blesa. La adquisición del 83 por ciento del capital se materializó en noviembre de 2008 y el expresidente dejó su cargo a finales de enero de 2010.
El departamento del Tesoro de EEUU que regula al sector financiero, la OCC, impuso a City a elevar sus recursos propios en esta cantidad para alcanzar el 8 por ciento, ratio que se lo elevó al considerarlo como "no bien gestionado".
A principios de 2010, la OCC realizó una inspección. Sus conclusiones no pueden ser más contundentes, según recoge un informe de la inspección del Banco de España posterior, al que ha tenido acceso este periódico. El departamento del Tesoro enumera diez puntos en los que cuestiona la entidad y pone en duda su capacidad operativa.
"La supervisión del equipo no está a la altura del empeoramiento previsible de la calidad de los activos y de la debilidad general de la economía", reza la primera de las observaciones de la OCC. En el segundo punto sostiene que "no está debidamente implantada una estrategia de negocio viable".
En otras calificaciones apunta a que el equipo directivo está dividido y mantiene conflictos internos; a que se deben poner en marcha mejoras en la gestión de los riesgos; o que los procedimientos para conducir las reuniones del consejo son "mejorables".
Estas advertencias y exigencias se produjeron en pleno proceso de transformación del modelo de City desde una entidad de banca privada -enfocada para grandes patrimonios- a un banco retail -dedicado a particulares y pymes principalmente".
Esta reconversión no fue bien vista por la OCC, que veía elevados riesgos de falta de liquidez, consideración que se descartaba desde Caja Madrid. Entonces la actividad de City estaba muy concentrada y dependía de su anterior dueño, el magnate Leonard Abess. Tan sólo cincuenta clientes del pasivo disponen del 42 por ciento de la cartera, es decir, 1.200 millones de dólares de los 2.800 millones del total. La concentración aún es más elevada si se tiene en cuenta que el 30 por ciento de los depósitos proceden de veinte de ellos y, principalmente, de Abess, con 350 millones de dólares, y de contactos de éste último como iglesias, sinagogas, el hospital Mount Sinaí y el Condado de Dade.
Exposición al inmobiliario
La OCC determina también que en diciembre de 2009 el nivel de exposición inmobiliaria se eleva a 350 millones de dólares. Ante tal riesgo, el departamento del Tesoro de EEUU pretendió que al menos 300 millones se los quedará directamente Caja Madrid. No tuvo éxito, ya que Blesa se negó.
Por el deterioro de la entidad y la mala gestión no se limitan estos puntos. Los créditos morosos o con elevado riesgo de caer en impago ascendía a finales de 2009 a 424 millones de dólares y tan sólo había constituido provisiones por un importe de 48 millones de dólares, poco más del 10 por ciento.