
Eurovegas "puede ser un proyecto muy rentable", porque España es un país "atractivo", "barato" y "con más o menos un millón" de jugadores, según Miguel Córdoba Bueno, profesor de Matemática Aplicada de la Universidad CEU San Pablo, quien acaba de publicar el libro Anatomía del juego.
Córdoba señala que "todos los juegos van en contra del jugador", ya que "nadie organiza un juego si no es en beneficio de él".
En este sentido, explica que, en las loterías, "el Estado se lleva entre el 30 y el 45% de lo que se recauda antes de dar premios".
En los casinos, según el profesor del CEU, el 70% de los ingresos "proviene de las máquinas tragaperras", porque, cada vez que alguien echa una moneda en ellas, "hay en torno a un 80% de probabilidades" de que no le toque nada.
"Es algo muy ludópata lo de las 'moneditas'. Es un juego tonto y cuanto más tonto es un juego hay más gente que lo juega", agrega.
Casinos y Estado son los que siempre ganan, pero todas las loterías o juegos de azar no son igual de desfavorables para quienes apuestan.
La ruleta, donde más se gana
En términos de expectativa, el juego de azar que más favorece al jugador, en opinión de este experto, es la ruleta con el sistema de rojo-negro o par-impar, que ofrece una probabilidad de ganar del 49,9%.
Sin embargo, Córdoba señala que, para poder ganar a la larga en la ruleta, es necesario tener dinero "para aguantar".
"Mucha gente dice: '¿Lo dejamos o me doblo? Apuesto, me doblo'. Si lo haces así diez veces y no te sale lo que quieres, al final, para recuperar la apuesta inicial, suponiendo que fuera de mil euros, tendrías que invertir un millón de euros. Es un problema geométrico. Los casinos son conscientes de que la gente tampoco tiene mucho dinero", añade el profesor.
La peor, el sorteo de la ONCE
Dentro de las loterías, la que más probabilidades ofrece a los jugadores de ganar es la Lotería del Niño, con un 7,8% de posibilidades.
Por el contrario, Córdoba asegura que "la peor de todas" es el sorteo de la ONCE, en la que únicamente hay un 1% de posibilidades de ganar algo.
"En las loterías -prosigue-, se juega mucho con un premio muy gordo, con una probabilidad ridícula de que te caiga, de tal manera que eso actúe de gancho, de reclamo. Pero, cuando analizas y haces los cálculos, te das cuenta de que efectivamente son probabilidades muy bajitas".
Los beneficios que maneja el Estado con las loterías, según el autor de Anatomía del juego, son de un 30%, mientras que los de la ONCE alcanzan un 45%.
Lo que es "imposible", a juicio de Córdoba, es hacer saltar la banca de un casino, ya que no existen métodos para hacerlo.
"Una cosa es que tengas mucha suerte. Pero, con un casino bien reglado, es imposible. Existen métodos que mejoran las posibilidades, pero no se basan en probabilidades, sino en cantidades. Tienes que tener dinero para hacerlo. Una cosa es mejorar las probabilidades y otra cosa es hacer saltar la banca. Necesitas mucho dinero y muchísima suerte", sentencia el profesor.
Este experto en juegos de azar cree que la trama de la película Los Pelayos, basada en la historia de la familia García Pelayo que desbancó varios casinos, pertenece más la ficción que a la realidad.
Córdoba dice que es "posible" que lo hicieran, pero insiste en que "no existen métodos" matemáticos para hacer saltar la banca de un casino.
El escritor reconoce que no juega "prácticamente a nada" y que únicamente lo hace, "por una cuestión social", en la Lotería de Navidad.
No obstante, afirma que "sólo ha habido dos cosas en cualquier sociedad tribal o primitiva".
Una constante es el tema del chamanismo -"siempre había un chamán, un hombre medicina, en esa tribu, aunque estuviera aislada", cuenta-, y la otra los "huesos de tabas y cosas de estas u otro tipo de piedrecillas con las que la gente jugaba o apostaba".