Desigual ya tiene trazada parte de su hoja de ruta para convertirse en una de las grandes marcas mundiales de retail. La compañía, que ayer inauguró su nueva sede en Barcelona tras invertir 50 millones, se ha propuesto duplicar su tamaño en un plazo máximo de cinco años, según explicó ayer el fundador y dueño de la cadena, Thomas Meyer, que hizo su primera aparición pública.
Esto implicaría en situarse en 2018 con 600 tiendas propias, frente a las 300 actuales. Al margen de sus locales propios, Desigual dispone de corners en grandes almacenes y presencia en tiendas multimarca que le permiten estar presente en 13.000 puntos de venta en 109 países. En base a ese objetivo, los ingresos se situarían en 2018 en torno a los 1.400 millones de euros, frente a los 700 millones que alcanzó en 2012.
Venta en la Red en los 'Brics'
El director general de Desigual, Manuel Jadraque, avanzó que este verano la firma abrirá tienda online en Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, para aprovechar el tirón que las ventas por Internet están teniendo en los países emergentes. Además, la cadena está apunto de inaugurar una oficina en Río de Janeiro y dos tiendas propias en Sao Paolo. Desigual contempla seguir avanzando en su diversificación y desarrollar nuevas categorías, como una línea deportiva para mujeres y fragancias.
La compañía confía en seguir creciendo en España, a pesar de la caída del consumo interno, gracias al turismo. De hecho, España es el primer mercado de Desigual, con el 22 por ciento del total de las ventas del grupo, por delante de Francia, con el 18 por ciento, e Italia, con un 16 por ciento. draque cree que el próximo año las ventas en Francia pueden igualar o incluso superar a las de España.
La nueva sede barcelonesa está situada junto al hotel W, tiene 24.000 metros cuadrados en seis plantas, y en ella trabajan 820 personas.