
Si alguien ojea la única biografía oficial de Juan José Hidalgo, escrita en 1999, el autor asegura que la sucesión natural del empresario salmantino en el grupo Globalia es su hijo Javier Hidalgo: "Parece ser que es el vástago que más posibilidades tiene", señala el libro en un intento de adivinar el futuro. Pero 15 años después no hay nada claro en este terreno. Con la sorprendente venta de la participación de su primogénito a Abel Matutes (se desprendió de un 5%) y la reciente confirmación del proceso de separación -o de divorcio, todavía no se sabe con exactitud- entre el dueño del gigante turístico y su esposa Eloina Gutiérrez el panorama empresarial del grupo está aún por escribir.
Aunque él asegura que el devenir de su vida privada no afectará al accionariado de la compañía, que se mantendrá tal y como estaba, lo cierto es que en los últimos años las relaciones con sus hijos y con Elo -como los más cercanos conocen a su esposa- no han sido un cuento de hadas.
Fuentes cercanas al empresario salmantino aseguran que en la última etapa ha habido presiones y vaivenes familiares que han quitado cierto poder en Globalia a Juan José Hidalgo, pero el dueño de Air Europa se ha repuesto una y otra vez de estas situaciones y en estos momentos, a punto de cumplir 72 años el próximo 23 de julio, está más fuerte que nunca y con las riendas del grupo bien asidas. Atrás quedan rumores de todo tipo que apuntan a luchas en las que han caído consejeros y directivos del grupo muy cercanos a Juan José Hidalgo. ¿La crisis económica? ¿Un cambio de rumbo? ¿Una partida de ajedrez para tomar el poder de la compañía? Tal vez ni los miembros más cercanos de la familia lo conocen con exactitud.
Reacciones a las noticias
elEconomista fue testigo el pasado sábado en el aeropuerto de Montevideo de la reacción de disgusto de Juan José Hidalgo tras leer en una tableta las primeras noticias publicadas sobre su separación y repetía una y otra vez: "Son todo mentiras". Es un hombre muy familiar y toda esta desagradable situación le sobrepasa en muchas ocasiones, al igual que le pasaría a cualquier otra persona, su actitud melancólica durante todo el viaje de vuelta delataba su tristeza. Lo cierto, es que a pesar de las especulaciones que se han desatado y que se dispararán durante las próximas semanas, nadie fuera del entorno del clan conoce a día de hoy los detalles de este proceso y en qué situación legal está el matrimonio Hidalgo.
Desde Globalia no se hace ningún comentario al respecto, pero en un escenario como éste es esencial el punto de partida. O sea, si el matrimonio tiene sus bienes en régimen de gananciales o se realizó antes de su boda el 16 de marzo de 1965 una separación económica de los mismos (o durante algún momento de su vida en común). Si la situación es la primera, y ambas partes no llegan a un acuerdo consensuado, el enfrentamiento podría afectar incluso a la participación accionarial en Globalia. En la actualidad, Juan José Hidalgo Aceras es dueño del 57% del grupo y su esposa, del 5%. En un escenario de enfrentamiento, el juez podría obligar a que se repartieran la mitad de cada participación, por lo que se podría dar el hipotético escenario de que Hidalgo pasara a controlar el 31% y Elo el mismo porcentaje, con lo que todo ello supone en la gestión de grupo.
Recordaría al enfrentamiento protagonizado en el grupo empresarial Eulen, donde el fundador y máximo accionista David Álvarez tuvo que batallar legalmente con cinco de sus siete hijos, que querían tomar el control de la empresa. Por si le sirve a Juan José Hidalgo de pista: al final, no lo lograron.
De momento, el empresario insiste en una reciente entrevista en que la separación "Me va a dar más fuerzas para volcarme en su expansión". Por increíble que pueda parecer esta declaración en un momento tan delicado, puede que razón no le falte a Hidalgo, ya que desde que ha vuelto a asir las riendas del grupo con más determinación, ha logrado pasar el bache del pasado ejercicio, donde Globalia perdió 17 millones de euros y finalizará el actual volviendo a ganar dinero.
Y lo hace a lo grande, como en los viejos tiempos. Apostando por el crecimiento de la compañía y aprovechando las oportunidades que otros dejan. Si Iberia abandona la ruta Madrid-Uruguay, Air Europa la comienza a explotar. ¿Es el trabajo incansable una terapia para olvidar su situación familiar? Sólo él lo sabe.