La empresa lleva cuatro aplazamientos por lo que debería declararse insolvente
El consejo de administración de La Seda de Barcelona, que preside José Luis Morlanes, y el fondo especulativo Anchorage han alcanzado un nuevo acuerdo para alargar otros treinta días el plazo de tiempo para refinanciar la deuda de la compañía.
La Seda celebró la noche del jueves un consejo de administración para hacer recuento de los bancos acreedores que se suman al acuerdo de refinanciación que propone Anchorage y que consiste en la recapitalización de la compañía mediante la conversión de deuda en capital. Esta operación otorgaría el control accionarial de la compañía al fondo especulativo.
Según las cifras oficiales que da La Seda, el consejo sólo ha logrado la adhesión del 67 por ciento del pasivo, cifra que no alcanza el 75 por ciento mínimo que se exige para que la operación salga adelante. Otras fuentes señalan que el porcentaje no llega ni al 50 por ciento.
Para evitar el concurso de acreedores al que se vería abocada La Seda, Morlanes y Anchorage han pactado el aplazamiento de la negociación con los bancos durante otro mes. Esta ya es la cuarta prórroga y, según algunas fuentes, la compañía "está en default en los bilaterales desde hace ya dos meses, por lo que debería presentar concurso".
Con la nueva prórroga, Morlanes confía en convencer a algunos bancos más antes del próximo 26 de junio, cuando La Seda ha convocado la junta de accionistas. El presidente en funciones quiere que la junta vote la propuesta de Anchorage, pero para hacerlo necesita que los acreedores la apoyen.
Frente a Morlanes y Anchorage se encuentra el grupo portugués BA Vidro, que dirige Carlos Moreira, ex presidente de La Seda. BA Vidro es el principal accionista de La Seda con un 20 por ciento del capital y cuenta con el apoyo de Caixa Geral (propietaria del 15 por ciento de las acciones) y Liquidámbar Inversiones Financieras (que controla otro 5 por ciento), lo que le otorga un porcentaje de control del 40 por ciento del capital y muchas posibilidades de que el grupo luso pueda recuperar el control de la gestión de la empresa.
BA Vidro plantea una recapitalizacion de La Seda con una inyección de 40 millones de euros de dinero nuevo, no procedente de capitalización de créditos, pero para ello necesita el acuerdo de los acreedores o que la sociedad presente un concurso de acreedores para renegociar con ellos.
Por su parte, la Generalitat de Cataluña esta mediando para que BA Vidro y Anchorage lleguen a un acuerdo para salvar la compañía. Según Morlanes, el Instituto Catalán de Finanzas (el banco público catalán) se ha sumado ya a la propuesta de Anchorage y ha estampando su firma en la propuesta de refinanciación, pero fuentes de la Generalitat aseguran que eso no ha sido así.