
Eduardo Davis
Brasilia, 18 abr (EFECOM).- La XXX Conferencia Regional de la FAO concluyó hoy en Brasilia con la convicción de que la crisis de los precios de los alimentos en el mundo será prolongada, por lo que es necesario redoblar el apoyo a los países más pobres y vulnerables.
"Se dice que si la producción (de alimentos) aumenta los precios bajan, pero no es eso lo que va a pasar", aseguró en la clausura de la conferencia el senegalés Jacques Diouf, director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Diouf reiteró que la subida vertical de los precios de la comida es producto de diversos factores e insistió en que no hay escasez de alimentos, sino obstáculos para que los más pobres accedan a ellos.
Entre las causas de que los alimentos estén cada vez más caros, citó las subidas de precios de los fertilizantes, que cifró en 58 por ciento en los últimos doce meses, y del petróleo, que ya está establecido muy por encima de los 100 dólares por barril.
También reiteró que la situación ha despertado la voracidad de "especuladores", que se han lanzado a "buscar oportunidades" en los mercados de materias primas y alimentos y "las han encontrado" por la crisis.
El director general de la FAO admitió que no se puede contener esa especulación y dijo que la crisis obliga a que el primer paso sea una inmediata ayuda alimentaria a los países más pobres de Asia, África y América Latina.
"Los países más pobres van a tener problemas para acceder no sólo a los alimentos, sino también a fertilizantes y semillas, y tenemos que empezar por garantizar ese acceso", declaró.
Recordó que, en diciembre pasado, anticipándose a la crisis que ha estallado este año, la FAO propuso crear un fondo internacional para asistir a los países más vulnerables e hizo una primera aportación de 17 millones de dólares, pero lamentó que desde entonces no ha entrado ningún centavo más.
"La FAO no es un organismo de financiación" ni tiene presupuestos para completar ese fondo de asistencia, que necesita llegar a 1.700 millones de dólares "para tener impacto mundial", dijo Diouf.
En una rueda de prensa, el director de la FAO se negó a opinar sobre la influencia que puede tener en la crisis la bioenergía, a la que muchos culpan de los aumentos de precios de los alimentos.
Doiuf recordó que, en ese sentido, la FAO ha convocado para junio próximo a una Conferencia de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria y Retos del Cambio Climático y la Bioenergía, en la que confía que podrá llegarse a conclusiones al respecto.
En relación con América Latina y el Caribe, Doiuf dijo que una parte de la solución puede estar en las propuestas de la FAO que apuntan a redoblar el apoyo a la agricultura familiar, al mejorar el acceso al agua, fertilizantes y semillas, y al dotar a las zonas rurales de una mejor infraestructura vial y de distribución.
Citó, en ese sentido, la Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre, que Brasil y Guatemala sugirieron en 2005, que la FAO adoptó en 2006 y que, en esta conferencia de Brasilia, ha sido calificada como "asunto de emergencia regional".
Según se decidió hoy, la XXXI Conferencia Regional de la FAO será realizada dentro de dos años en Panamá, cuyo ministro de Desarrollo Agropecuario, Guillermo Salazar, dijo a Efe que el asunto central será nuevamente la alimentación de los más pobres.
En la reunión clausurada hoy, Venezuela se ofreció como sede para una reunión regional destinada a debatir la crisis alimentaria desde la "óptica latinoamericana".
El viceministro de Agricultura y Tierras venezolano, Gerardo Rojas, señaló a Efe que "la crisis merece una discusión más profunda y específica", que abarque los precios "de los alimentos, de los fertilizantes, de las maquinarias agrícolas y de todo lo que entra en la cadena productiva".
Según Rojas, la crisis ha hecho que "la inflación amenace a todos los países latinoamericanos", incluidos los mayores productores de alimentos, como es el caso de Brasil. EFECOM
ed/jla
(con fotografías y audio)