
Se quiere dar un empujón definitivo a la eliminación de burocracia unificando organismos y trámites.
Ha llevado su tiempo tramitarla, pero las medidas que componen el anteproyecto de Ley de Apoyo a los Emprendedores y su Internacionalización son sumamente variadas y pretenden abarcar aspectos tan dispares como la fiscalidad, la financiación, la contratación laboral e incluso el impulso para que inversores privados dediquen su capital a apoyar a negocios que ni siquiera han nacido aún, el famoso capital semilla.
Glosamos a continuación la retahíla de medidas concretas aprobadas ayer en Consejo de Ministros que pretenden ser, según el Gobierno, el impulso necesario para facilitar la cultura y la iniciativa emprendedora en nuestro país.
Apoyo al 'business angel'
La Ley pretende dar un empujón definitivo al business angel o inversor de proximidad, esa figura de inversor que apuesta por empresas de muy reciente creación o que están en vías de crearse, el conocido como capital semilla. Esta clase de inversión está muy desarrollada en los países anglosajones, pero no en España hasta ahora, lo que justifica que una de las medidas haya sido dotar de incentivos fiscales esta actividad.
En concreto, se establece una deducción del 20 por ciento en la cuota estatal en el Impuesto sobre la Renta con ocasión de la inversión realizada al entrar en la sociedad, con una base máxima de deducción de 20.000 euros anuales. Además, también se aplica una exención total de la plusvalía obtenida al salir de la sociedad, siempre y cuando se reinvierta en otra entidad de similares características, esto es, de nueva o reciente creación.
Freno a la temida burocracia
El otro frente esencial sobre el que ataca el texto elaborado por el Gobierno es el de los trámites administrativos, dicho de otro modo, la tediosa burocracia que alarga hasta la extenuación la apertura de nuevas empresas en nuestro país.
La futura norma pretende de una vez por todas recortar los plazos a través de la tramitación electrónica, para que puedan constituirse sociedades en 24 horas.
A tal efecto, se integra la red de puntos de atención telemática (PAIT) y ventanillas únicas para ofrecer un servicio global a los emprendedores. Desde estas oficinas al servicio de los emprendedores se podrán realizar los trámites para el inicio, ejercicio y cese de la actividad empresarial.
Por otra parte, se da impulso a los formatos electrónicos para crear empresas (ya regulados desde el año 2004), esto es el sistema DUE y el sistema de tramitación telemática del Circe.
Es lo que se ha dado en llamar Proyecto Emprende en 3, una plataforma que utiliza los recursos tecnológicos ya existentes en la Administración para poner en contacto al emprendedor con las diferentes ventanillas: Sistema de Información del Ministerio de Industria, Energía y Turismo; Red Sara, que conecta a todas las Administraciones de España, y el Portal de las Entidades Locales.
Menos exigencias
También ataca este anteproyecto de norma el flanco de las exigencias a los futuros empresarios. Por un lado, se abre la posibilidad de que los empresarios legalicen telemáticamente sus libros obligatorios en el Registro Mercantil.
Y por otra, se modifica la Ley de liberalización del comercio y de determinados servicios para ampliar el umbral de superficie máxima de los establecimientos que estarán exentos de licencia municipal, así como para ampliar la lista de actividades exentas de solicitar una licencia municipal.
Empresario... sin tanto riesgo
Otra de las trabas principales a la hora de emprender es el riesgo excesivo que contrae el empresario individual o autónomo que tiene que responder a las deudas contraídas con sus propios bienes. Para no desalentar la creación de negocios bajo esta premisa, se crea la figura del Emprendedor de Responsabilidad Limitada (ERL), que exonera a la vivienda habitual de la responsabilidad derivada de las deudas empresariales, si su valor no supera los 300.000 euros.
Emprender desde la escuela
De nuevo, se pretende dotar de buena imagen pública las figuras del empresario y el emprendedor en la sociedad, aumentando su conocimiento en todas las etapas educativas para favorecer que las nuevas generaciones abracen la iniciativa de crear actividad empresarial.
Sólo un euro, para empezar
La futura ley pretende dar un empujón definitivo a la creación de empresas desde una de las cuestiones cruciales: el capital inicial desde el que emprender. Así, se ha rebajado el capital social mínimo (en el caso de que se pretenda crear una sociedad) desde los 3.000 euros a 1 euro, tal y como está establecido en otros países de la zona euro, según ha recordado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.