
Pescanova no es la única que tiene problemas con su deuda. Su presidente, Manuel Fernández de Sousa, soporta también unos elevados compromisos financieros que podrían causarle problemas con la banca.
Las firmas patrimoniales a través de las cuales controla la compañía -Sociedad Anónima de Desarrollo y Control (Sodesco) e Inverpesca- suman compromisos financieros por importe de 55 millones de euros, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, correspondientes al ejercicio 2011. La primera tiene una deuda de 24 millones y la segunda de 31,4 millones de euros.
En teoría, la situación de Sodesco está más saneada puesto que tiene unos fondos propios de 36,3 millones y su resultado ese año fue de 3,5 millones. Es justo lo contrario que Inverpesca, que con un pasivo mucho mayor, tiene unos fondos propios de sólo 1,3 millones y su resultado apenas superó los 100.000 euros. De acuerdo con los datos depositados en laCNMV, Sodesco suma el 11,3 por ciento de los derechos de voto de Pescanova e Inverpesca el 3,8 por ciento.
Manuel Fernández de Sousa figura como administrador único de las dos, aunque en la primera figuran además como accionistas, entre otros, su hermano Fernando Fernández de Sousa y su mujer, Rosario Andrade.
23,8 millones
El principal problema del presidente de Pescanova es que la fuerte caída experimentada por la acción de la compañía ha provocado que su participación, del 14,42%, vale sólo 23,8 millones de euros. De hecho, el valor de la empresa en bolsa es de ya sólo 170 millones. Y es que Pescanova, cuya cotización sigue suspendida, se ha comido ya 330 millones de su capitalización bursátil desde que pidió el preconcurso de acreedores el pasado 1 de marzo. Sus títulos han pasado de ganar un 24% en el año a ceder un 58%. Eso es lo que podría originar a Fernández de Sousa problemas a la hora de pagar sus créditos.
Prueba, de hecho, de que podría estar teniendo problemas financieros es que en los últimos dos años ha tratado a toda costa de incrementar sus ingresos. Tal y como adelantó elEconomista el pasado 22 de marzo, Fernández de Sousa disparó hasta un 250% el salario del consejo de administración de las filiales que el mismo encabezaba hasta que en febrero modificó sus estatutos para nombrar a la matriz como administradora única.
Los datos de Novopesca Trading no se han hecho públicos, pero en las otras siete la retribución total pasó de 226.152 euros en 2010 a un total de 650.921 euros en 2011, de acuerdo con las cuentas depositadas por cada una de ellas en el Registro Mercantil de Pontevedra.
Y hay casos incluso, en los que las subidas salariales de la cúpula fueron aún mayores. Así, por ejemplo, en Insuiña, la subida ha sido del 250%, hasta 84.153 euros; en Frivesca Chapela la retribución ha aumentado un 240%, hasta 102.615 euros, y en Pescanova Alimentación se ha elevado un 206%, a 92.308 euros. Es algo que parece generalizado en toda la estructura societaria.
Pero no son las únicas subidas llevadas a cabo. En el primer semestre del pasado ejercicio la remuneración total recibida por el consejo de administración de la matriz aumentó ya un 15%, hasta 1,37 millones de euros. Y eso después de que en 2011 se hubiera registrado también otra subida, del 9%.
Deuda oculta
La buena noticia para Fernández de Sousa es que Pescanova ha conseguido unos días más de plazo para presentar sus cuentas. El supervisor de los mercados exigió a la compañía que las presentara "a la mayor brevedad posible" después de que no pudiera formularlas antes del 28 de febrero, como marca la legislación.
La compañía dispone ahora, en principio, hasta el próximo 1 de abril. El hecho de que las cuentas no estén todavía auditadas y que ni siquiera se hayan presentado al consejo de administración -el presidente Manuel Fernández Sousa sigue sin convocar la reunión- ha provocado que la compañía haya tenido que pedir algo más de plazo. El problema fundamental es que, con una deuda oculta de alrededor de 1.000 millones de euros en las filiales, Fernández de Sousa sigue negándose a facilitar información tanto al auditor, que debe supervisar los estados financieros, como a los consejeros.
Pescanova se encuentra en una situación financiera límite, con serios problemas de liquidez y tesorería para afrontar la gestión del día a día. La gravedad de la situación es tal, que a la espera de renegociar sus créditos con la banca, ha solicitado un préstamo urgente de 50 millones de euros, algo a lo que han accedido los acreedores. Sólo así la compañía podrá mantener su actividad normal y seguir pagando a sus proveedores.