
Beatriz Elorriaga, consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, apuesta por incentivar la creación de parques empresariales en la región. Esta medida servirá para activar la actividad económica y crear puestos de trabajo con el fin de absorber los empleos que se están destruyendo en la construcción.
Han tenido que llegar las hipotecas subprime norteamericanas para frenar al sector inmobiliario. ¿Tan difícil es que las Administraciones Públicas pongan un poco de orden?
Es cierto que estamos entrando en un proceso de crisis complicada que va a tener muchas repercusiones. Hecho el análisis, no creo que merezca la pena hablar de si los culpables son los Estados Unidos o una Ley del Suelo estatal que complicó mucho las cosas, sino ver qué podemos hacer de cara al futuro y poner en marcha medidas que impulsen los distintos sectores de la economía. Mi Consejería no tiene la varita mágica para resolver los problemas, pero sí podemos dar un impulso.
¿Qué medidas son ésas?
Creemos que Madrid debe seguir teniendo suelo para que se desarrollen polígonos industriales y comerciales, porque ésta es una medida que puede crear mucho empleo. En vivienda, estamos favoreciendo los desarrollos urbanísticos para fomentar la creación de vivienda pública, incluso el área de medio ambiente puede ser un motor económico. Por ejemplo, se necesita crear nuevas plantas para tratar residuos y eso también se traduce en puestos de trabajo.
¿Han medido el impacto económico de estas actuaciones?¿Compensarían la caída provocada por la crisis del 'ladrillo'?
En los próximos meses vamos a sacar suelo para 15.000 viviendas protegidas y 150 hectáreas de suelo industrial, tecnológico o comercial, y eso ayudará mucho para asegurar el desarrollo económico de la región en los próximos años.
¿Cuáles van a ser los desarrollos más importantes y cuánto empleo van a crear?
Uno de los más destacados será el proyecto Puerta del Atlántico, una plataforma logística y un centro de ocio puestos en marcha por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Móstoles. Ocupará más de un millón de metros cuadrados de superficie industrial y comercial. Supondrá una inversión de 600 millones de euros y la creación de más de 5.000 puestos de trabajo.
Usted es consejera de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente. Parece que en Madrid no es muy compatible coordinar estos dos ámbitos.
No estoy de acuerdo, todo lo contrario. La presidenta Esperanza Aguirre ha unificado estas materias precisamente para que haya una mejor coordinación en los nuevos desarrollos urbanísticos. No sólo se lleva bien, sino que es absolutamente beneficioso para los ciudadanos.
Sí, pero hay nuevos barrios, por ejemplo en el norte de la capital, donde todavía no se han terminado de construir todas las viviendas y ya hay atascos kilométricos todos los días. ¿Qué falla, la planificación urbanística, las infraestructuras...?
Para poder construir, primero hay que desarrollar las infraestructuras: agua, luz, alcantarillado y sólo después de eso, se puede construir. Otra cosa es que hablemos de comunicaciones. Pero tampoco tiene mucho sentido llevar infraestructuras o el metro a lugares no habitados, cuando hay zonas habitadas que todavía carecen de ellas. Debe haber un equilibrio entre las necesidades de las zonas consolidadas y las zonas nuevas. Además, tenemos que tener en cuenta que esta es una comunidad autónoma muy pequeña en extensión, pero muy densamente poblada. Es la locomotora del país y tiene unas necesidades distintas a otras, aunque algunas de ellas sean más grandes.
En la Consejería de Urbanismo de Valencia están intentando unificar la legislación urbanística porque aseguran que es caótica. ¿Ayudaría eso a un urbanismo más ordenado?
No cabe duda de que el Derecho Urbanístico es muy complejo. Todo lo que sea unificar y agilizar es bueno. Ellos lo que buscan es agilizar los desarrollos urbanísticos y aligerar las cargas burocráticas y ese es también es uno de mis objetivos. Pero hay que ser conscientes de que éste es un área en el que hay que trabajar siguiendo la ley y mirarlo todo con lupa. El urbanismo está condicionado por el medioambiente, el agua, los transportes y todo tiene que ser seguido y estudiado con minuciosidad. Queremos plantear un Plan General de Urbanismo que afecte a toda la Comunidad y que facilite las cosas.
Los asesores fiscales sugirieron que los incentivos a la vivienda debían estar ligados a que ésta fuera ecológica. ¿Qué le parece?
Me parece bien todo lo que incentive a las viviendas que respeten el medio ambiente. Nosotros hemos puesto en marcha el Plan Azul donde se recogen más de 100 medidas. Algunas están encaminadas a reducir en 1,5 millones de toneladas las emisiones de CO2 y afectan a todo el proceso, desde que se proyecta un inmueble hasta que se derriba. También hemos subvencionado el cambio de las calderas de carbón. Otra cosa es que las ayudas a la vivienda estén centradas sólo en eso. Hay que pensar que existen personas que tienen carencias específicas como jóvenes, discapacitados, mujeres maltratadas, incluso divorciados, que lo que necesitan es una vivienda digna, aunque no sea ecológica. Y esto tiene prioridad.