El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) quiere amarrar la venta de CatalunyaCaixa y evitar en lo posible que la puja quede desierta, a pesar de su decisión declarada de posponerla antes que malvenderla. Banco Popular, Kutxabank, Banco Sabadell, Banco Santander y BBVA han escrutado sus números y hoy mostrarán si hay interés real, porque se cierra el plazo para presentar las ofertas no vinculantes.
El apetito de las entidades parece haberse enfriado al examinar las cifras y tras negarse el Frob a blindarles ante potenciales pérdidas futuras con un esquema de protección de activos (EPA) similar al otorgado a CaixaBank en Banco de Valencia. Niega dicha protección, pero el organismo dirigido por Antonio Carrascosa ha garantizado por escrito que el comprador compensará 1.600 millones de euros en créditos fiscales. La garantía la asume el mismo Frob, incluso, aunque la generación de beneficios futuros del grupo adjudicatario fuese insuficiente para descontar una ventaja fiscal de tal importe en el plazo habitual.
La factura para el comprador fácilmente escalará a 3.500 millones, según fuentes conocedoras de los detalles de la venta. El Frob aspira a obtener unos 1.000 millones por su venta. El comprador necesitará, de forma adicional, reforzar el capital en alrededor de 2.000 millones para integrarla y sufragar su reestructuración. El tamaño del ajuste en plantilla y red dependerá del banco que la absorba, pero un cálculo preliminar eleva a 500 millones el potencial coste del proceso.