Barcelona, 8 abr (EFECOM).- La marina diseñada para grandes yates de entre 20 y 60 metros de eslora que se está construyendo en el puerto de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) supondrá una inversión de 33 millones de euros y generará 120 empleos directos y unos 360 indirectos.
La constructora catalana Copisa se encarga desde octubre de 2006 de unas obras que se prevé que estén concluidas en la primavera del próximo año, al tiempo que participa en un 62,5% en el capital de la sociedad concesionaria de la futura instalación, Marina Far Vilanova.
La empresa pública Ports de la Generalitat adjudicó en 2005 la concesión para la construcción y explotación de esta marina de lujo durante un período de 30 años a Marina Far Vilanova, que ya ha vendido 4 de los 76 amarres de la dársena deportiva, cuyos precios oscilan entre los 268.000 euros y los 2,27 millones de euros.
Los impulsores del proyecto, entre los que también se encuentran la empresa de prefabricados de hormigón Hormipresa (22,5%) y Varador 2000 (15%), compañía especializada en el sector náutico, calculan que un barco de 40 metros de eslora requiere de unos servicios y consumos que rondan el millón y medio de euros al año.
Esta cifra, aplicada al total de la flota de Vilanova Grand Marina-Barcelona, se situaría en torno a los 60 millones de euros anuales, según han explicado hoy el presidente de la concesionaria, Xiqui Mas, y el director general, Ignacio Erroz.
Hay que tener en cuenta que un yate de entre 40 y 50 metros de eslora requiere de una tripulación aproximada de diez personas que pasan gran parte del tiempo en su base, por lo que se calcula que la marina tendrá una población más o menos permanente de unos 300 tripulantes.
La nueva marina ocupará una superficie de 110.000 metros cuadrados, de los cuales 30.000 metros cuadrados pertenecerán al área técnica, que contará con un muelle de espera y reparación de 300 metros de longitud y un helipuerto.
Vilanova Grand Marina-Barcelona, que tiene la mitad de los 76 amarres en venta y el resto en alquiler, compite con otras instalaciones del Mediterráneo, como el puerto del Fórum de Barcelona, Marina Tarraco (Tarragona), la dársena construida en Valencia con motivo de la Copa América y algunos puertos de la Costa Azul.
La concesionaria espera completar la comercialización de los amarres en un plazo de cuatro años y prevé captar a la mayoría de sus clientes entre armadores extranjeros.
La nueva dársena deportiva, que tiene una profundidad de calado de hasta siete metros, también dispondrá de 18 locales comerciales vinculados sobre todo al mundo de la náutica.
Uno de los elementos más destacados de la futura área técnica de la marina será una grúa pórtico con capacidad de varada de embarcaciones de hasta 800 toneladas. EFECOM
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