
Los paros de 15 días en la aerolínea golpean al sector, que prevé caídas y reservas de última hora. Los mensajes de conflicto dañan la imagen del país y disuaden a los potenciales clientes.
El turismo en España pasa por un mal momento. El invierno va peor de lo esperado y el pesimismo se ha instaurado en el sector. Según el último informe realizado por Exceltur, el lobby turístico, el 80,4 por ciento de los empresarios espera que las ventas caigan en 2013 y el 50 por ciento prevé que ganará menos que en 2012. Estos datos, que apuntan a una caída del PIB turístico del 1 por ciento, se publicaron en enero, antes de la nueva convocatoria de huelga en Iberia, que amenaza con parar la aerolínea y los aeropuertos en los que también da servicios a otras compañías.
Los empresarios han recibido la noticia con "temor" y la opinión es unánime: "Es un mazazo para el turismo". Por eso, el sector, que no quiere entrar a criticar el conflicto, pide a Iberia y a los trabajadores que hagan todo lo posible para llegar a un acuerdo y evitar los paros.
"El sector turístico y los ciudadanos debemos exigirles que apuren las posibilidades de una solución pacífica, pues aunque haya cosas que podrían haberse hecho mejor, cuando está en juego la propia viabilidad de la empresa, siempre es mejor el consenso", asegura Gabriel Escarrer, vicepresidente y consejero delegado de Meliá.
Juan Molas, presidente de las Confederación de hoteleros de España (Cehat) se suma a las voces que piden una solución in extremis del conflicto, una línea que también defiende el consejero delegado de Barceló Hoteles, Raúl González. "Confiamos en que los representantes de los trabajadores, en un ejercicio de responsabilidad frente al interés general de todos los españoles recapaciten y desconvoquen una huelga que no es beneficiosa para nadie", sentenció.
El sector prevé que los paros de 15 días generen pérdidas más allá de la propia Iberia, que se calcula que registrará unos números rojos diarios de 10 millones.
"La huelga tendrá costes directos para la compañía e indirectos para el resto del sector y para la imagen de España de cara al exterior", explica Raúl González.
Los extranjeros, en peligro
Y es que, el sector turístico, uno de los más importantes de España (aporta el 10 por ciento de PIB), actualmente sobrevive casi exclusivamente de la llegada de turistas extranjeros y los mensajes de conflicto dañan la imagen del país y disuaden a los potenciales clientes que, ante la posibilidad de no poder llegar a su destino, buscan una alternativa para sus vacaciones.
Nuestro país recibió 57,7 millones de turistas extranjeros en 2012, un 2,7 por ciento más que en 2011. Aunque el dato es muy bueno no es suficiente para compensar la caída del turismo nacional que el año pasado perdió más de 10 millones de pernoctaciones. Teniendo en cuenta que los extranjeros tiran del sector y que el 80 por ciento llega en avión a nuestro país, la huelga de Iberia supone un "mazazo" para la recuperación. "La mera convocatoria de este tipo de paros disuade a muchos turistas y touroperadores de venir a España, y eso, en la situación actual del país y de la marca España, puede ser la puntilla para un sector que se sostiene casi exclusivamente gracias a los visitantes extranjeros", dice Escarrer.
Así, la inestabilidad que transmite el conflicto, a lo que se suma los problemas de Orizonia, lastrarán la venta a los mercados europeos en vísperas de Semana Santa y retrasará aún más la demanda en el mercado nacional, donde ya es de "ultimísimo minuto", asegura Molas.
En ese punto, desde las agencias de viajes, critican que supone un duro golpe para Canarias, que está en plena temporada alta. "Iberia es muy importante en la conectividad y da servicio a 14 aerolíneas en las islas. Viene muy mal", explica Rafael Gallego, presidente de Federación de Agencias (Feaav).
"Diciembre y enero no han ido bien -el urbano ha caído un 30 por ciento-. Los hoteleros esperaban que en marzo, con el buen tiempo y la Semana Santa, la situación mejorara, pero este golpe sólo va a empeorar un mercado dañado por el alza de las tasas", explica Molas.
"Llega en un mal momento, el sector necesita estabilidad y no vivir permanentemente bajo tensión. Para recuperar una situación económica estable, que las empresas vuelvan a viajar y que se creen empleos necesitamos consolidar los negocios y ganar confianza", asegura Michel Durrieu, consejero de Gebta.