
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se reunió ayer con el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Chonquehuanca, y le mostró su malestar por su intención de expropiar los aeropuertos de Abertis así como por las nacionalizaciones llevadas a cabo contra Red Eléctrica e Iberdrola.
Tal y como adelantó ayer elEconomista.es, Bolivia prepara esta nueva expropiación de una empresa española. Según aseguró el viceministro de Transportes, Edwin Marañon, el Gobierno de Evo Morales quiere tomar el control de Servicios Aeroportuarios Bolivianos, una filial de la española Abertis.
La decisión se adopta, como siempre, amparándose en una supuesta reducción de las inversiones realizadas en el país, aunque el miembro del Ejecutivo reconoció en una entrevista radiofónica, recogida por Infobae, que el contrato en vigor no especifica el monto de inversión.
En principio el Gobierno boliviano está analizando las inversiones que Servicios y Aeropuertos Bolivianos SA (Sabsa), filial de Abertis-Airports en el país, ha realizado en un determinado periodo de tiempo. Fuentes de Abertis explicaron que el contrato firmado se mantiene y se han cumplido con todas las inversiones, al tiempo que se destaca que desde el año 2010 no se han actualizado las tarifas.
Cabe destacar que el contrato entre Abertis y el Gobierno boliviano se ciñe solamente al tema de la operación de los aeropuertos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, gracias a la alianza firmada con Aena y Airport Concessions para adquirir Sabsa. No obstante, ahora mismo el Ejecutivo trabaja en un nuevo contrato que recoja una cláusula donde se especifique la cantidad a invertir. En cualquier caso, el importe definitivo de inversión deberá contar con la aprobación de Abertis.
Avisos desde mayo
Ante esta maniobra del Gobierno boliviano, el embajador de España en Bolivia, Ángel Vázquez, pidió "seguridad jurídica" para garantizar una mayor inversión de Abertis. "Creo que la compañía ha cumplido sus obligaciones en esa materia (inversiones). El Gobierno a veces arguye que no hubo las inversiones necesarias. Pero, claro, si la firma tiene una amenaza de nacionalización que pende de su cabeza, es difícil que haga las inversiones requeridas, y para hacerlas se requiere seguridad", apostilló.
La primera amenaza de expropiación de la filial de Abertis coincidió con la decisión de expropiar a Red Eléctrica el 1 de mayo del año pasado, pero finalmente la decisión no llegó a adoptarse aunque los contactos con el Ejecutivo boliviano y la empresa española fueron muy intensos durante aquellos días, tal y como indicaron fuentes consultadas por elEconomista. El acoso se acrecentó el pasado 16 de enero, cuando el Gobierno del país andino denunció que Abertis no había cumplido con su plan de inversiones pese a que tiene la capacidad de invertir más recursos.
Bolivia es un país con una larga trayectoria en nacionalizaciones de activos y de empresas. Hace tan sólo unos meses protagonizó la expropiación a REE y de cuatro filiales de Iberdrola, que siguen aún sin compensarse.