Empresas y finanzas

La ola de liquidez deja en una semana 7.250 millones en las grandes empresas

  • Los inversores mantienen la tregua a la deuda y la prima baja a 330 puntos
  • Se abre la financiación para los grandes, pero no para los pequeños
  • REE y Sabadell son las últimas españolas en unirse a una lista que sigue abierta

Financiación. Su búsqueda es uno de los grandes estragos para las empresas españolas que trae esta crisis. En momentos puntuales como este, el grifo se abre incluso a precios más que razonables gracias al apetito de compra de los mercados. Pero solo para las grandes empresas, ya que el dinero sigue llegando a cuenta gotas en las pequeñas y medianas compañías, atrapadas por la falta de concesión de crédito en la banca.

Las cotizadas son las que están aprovechando las buenas condiciones de mercado para subirse a la mejor ola para las emisiones de deuda privada en mucho tiempo. La relajación de la prima de riesgo, que esta semana ha retrocedido de los 352 a los 330 puntos básicos, está permitiendo obtener financiación a módicos precios. Coste más bajos -incluso por debajo de los que asume el Tesoro-, una elevada demanda y la respuesta positiva del inversor internacional son las claves para que las grandes empresas españolas, incluyendo a la banca, hayan colocado un total de 7.250 millones de euros desde que comenzó el año.

El éxito de las primeras colocaciones del año de BBVA, Telefónica, Popular, CaixaBank, Gas Natural y Bankinter no ha hecho otra cosa que despertar el interés de más compañías, que no quieren desaprovechar el momento. Red Eléctrica y Sabadell han sido las últimas, pero la lista sigue abierta.

Precios históricos

Este enero contrasta con el mismo mes de 2012. La primera ventana de liquidez de ese año se retrasó a febrero, lo que dejó el peor enero para las emisiones de deuda privada en España desde 2008; solo colocaron deuda Gas Natural y Repsol. Fue en febrero cuando las empresas aprovecharon la caída de la prima de riesgo a los 300 puntos para regresar al mercado.

Es el gran condicionante de los últimos años. Si el riesgo país que perciben los inversores se dispara, a ninguna española se le pasa por la cabeza salir al mercado para conseguir dinero. Incluso en el supuesto de encontrar compradores, tendría que estar dispuesta a pagar precios desorbitados, mucho mayores a los de otros vecinos europeos.

Y es la prima de riesgo la que ha propiciado otra oleada de emisiones. "Está resultando barato el coste financiero de las empresas con respecto a otras formas de financiación tanto a largo plazo (por ejemplo, las ampliaciones de capital) como a menor plazo, ya que también están resultando competitivos los cupones que deben pagar con respecto a emisiones históricas similares en el pasado", señala Manuel Campos, analista de Serfiex.

Histórica es la operación de Telefónica. La operadora logró 1.500 millones con la emisión de bonos a 10 años más barata de todas las que ha hecho. La cerró con un cupón del 3,987 por ciento, con lo que la prima fue de 230 puntos básicos sobre la referencia del mercado a ese vencimiento (midswap).

Un día más tarde, Gas Natural se unió a las emisiones con el lanzamiento de deuda a una década por la que desembolsó el mismo diferencial que la teleco, 230 puntos básicos, pero consiguiendo ya un interés algo más bajo, del 3,875%. El suyo también supuso un nuevo hito en su historia y bajo estas condiciones logró 600 millones de euros.

Llenar la despensa

No hay que olvidar que las empresas del Ibex 35 siguen teniendo una carga importante de deuda. Es cierto que, en general, el peso está bajando respecto al inicio de la crisis. Para este año se espera que la deuda total de las compañías del índice solo suponga 2,5 veces su beneficio bruto (ebitda), mientras en 2009 el ratio rondaba las 3,4 veces. Aunque la deuda de una decena de empresas aún triplicará el ebitda, según las previsiones del consenso de mercado.

Pero una cosa es la deuda total y otra, los vencimientos a los que se enfrentan las empresas en los próximos años. Muchas de las compañías que salen al mercado en busca de financiación estos días aseguran que acuden a la ventana de liquidez para aprovechar el momento y pese a no tener ningún tipo de problema en su calendario de pagos más próximos.

Para Manuel Campos, los bajos costes abren un margen para las inversiones. "Empresas con sus vencimientos cubiertos han decidido salir a buscar estos recursos para tratar de colocar esa financiación después en proyectos que arrojen más margen que el que pagan", explica el experto.

Aunque hay más razones que explican por qué las empresas españolas están acelerando las emisiones. Una de ellas es que persiste un temor a que la ventana de liquidez esté abierta por poco tiempo. Se trata de llenar la despensa por si llegan tiempos de hambre.

"El hecho de que las compañías que han cubierto sus necesidades acumulen una reserva de liquidez es un reflejo de que no creen que la situación esté ya definitivamente encarrilada y que, por tanto, los mercados de financiación podrían volver a cerrarse o, cuando menos, las condiciones de financiación volver a endurecerse de forma significativa en un futuro no muy lejano", valora Félix González, socio director general de Capitalia Familiar.

Vuelve el inversor extranjero

Ahora el objetivo es aprovechar el cambio de percepción. En las últimas emisiones, los inversores han demostrado un apetito por la deuda corporativa española. Todas las colocaciones han quedado ampliamente suscritas. La demanda en la emisión de Gas Natural superó en más de 10 veces la cantidad ofertada, y en la de Bankinter y Telefónica las peticiones estuvieron 7 y 6,5 veces por encima en cada caso, pese a que la operadora imprimió 1.500 millones de euros en deuda.

Aunque lo más significativo es que detrás de esta elevada demanda ha estado presente el inversor extranjero. En varios casos -en el de BBVA, Telefónica y Popular-, el porcentaje de compradores foráneos interesados en la operación alcanzó el 90% de la demanda total. Los datos del resto de colocaciones de estos días son también positivos, puesto que, por ejemplo, en Gas Natural llegó al 86 por ciento y en CaixaBank, al 80%. Por países, Alemania y Reino Unido han sido los grandes demandantes de la deuda privada de las ocho empresas españolas que han emitido.

Mayor plazo y más riesgo

Hay más matices dentro de las últimas colocaciones. El plazo de las emisiones y el tipo de deuda también constrastan con operaciones anteriores. En 2012, entre la banca solo Santander y BBVA salieron al mercado con deuda senior, la que tiene como única garantía a la propia entidad. El año pasado el mercado sí estuvo más abierto a las cédulas hipotecarias, que también cuentan con el aval de la cartera hipotecaria. En esta ventana, Popular y CaixaBank se han atrevido con deuda senior.

También llama la atención los plazos a los que se han realizado las emisiones, más amplios que en los últimos meses. Telefónica y Gas Natural colocaron deuda a 10 años; la última no emitía deuda de esta duración desde enero de 2010. De hecho, ha sido la tercera en toda su historia. Red Eléctrica se unió a estos largos plazos el viernes, con la colocación de bonos a 9 años al 3,875%. Incluso en las de menos duración hubo saltos. Sabadell lanzó cédulas a 5 años, mientras el año pasado se limitó a vecimientos a 2 y 3 años.

Lea la noticia completa en la edición en PDF de elEconomista.

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