
"Hay motivos para la esperanza en el sur de Europa". Las cifras más recientes indican que la confianza está volviendo a los bancos de los países más afectados por la crisis del euro, según apunta el alemán Der Spiegel. Eso sí, advierte de que el peligro aún no ha desaparecido del todo.
El punto de inflexión se produjo hace cuatro meses. El 6 de septiembre el Banco Central Europeo (BCE) se reunió en Frankfurt para tomar "una decisión trascendental para la moneda común", recuerda el semanario alemán. Ese día, el presidente del organismo, Mario Draghi, inisistió en que el euro es "irreversible" y para reforzar su mensaje anunció que el BCE podría realizar compras ilimitadas de bonos en caso de ser necesario bajo estrictas condiciones.
Desde entonces ha ocurrido algo "increíble", señala Der Spiegel. Aunque el BCE todavía tiene que embarcarse en cualquier tipo de compra de bonos, países como España e Italia ya no tienen que pagar las altas tasas de interés que debían asumir a mediados de 2012. Por otra parte, los enormes desequilibrios que recientemente han afectado a la banca europea se han reducido, aunque sea ligeramente.
No hace tanto, en verano de 2012, los inversores y aquellos con cuentas de ahorro en países afectados por la crisis se apresuraron a mover su dinero: miles de millones de euros se retiraron de cuentas de Grecia y España y los bancos de países como Alemania pusieron un límite a la cantidad de dinero que estaban dispuestos a prestar a los socios comerciales de los países más afectados por la crisis.
Cambio de tendencia
Pero desde el otoño pasado, esta tendencia ha tocado techo. De hecho, las cifras más recientes muestran que los depósitos de los bancos españoles y griegos han aumentado. Además, el Bundesbank, el banco central alemán, informó esta semana de que los desequilibrios en el llamado sistema europeo de pagos Target 2 han disminuído. A medida que la crisis del euro avanzaba, el sistema se había vuelto enormemente desequilibrado.
La plataforma de pagos Target 2 es utilizada para liquidaciones en tiempo real básicamente de pagos elevados en dinero de bancos centrales. Justo antes del mensaje del BCE de septiembre, el Bundesbank tenía peticiones a través de la red Target 2 por valor de 751.000 millones de euros. Pero a finales de diciembre se habían reducido hasta los 656.000 millones. "Este cambio de tendencia ofrece motivos de esperanza", apunta Der Spiegel.
Dado que los bancos de los países más acomodados del norte de Europa son cada vez más escépticos sobre cómo hacer negocios con sus primos del sur de Europa, las instituciones financieras de Grecia, España, Portugal y otros países dependen cada vez más del dinero prestado por los bancos centrales de los países de origen. Esos créditos se muestran en el balance de Target 2, algo que también se refleja en los créditos de los bancos centrales de los miembros más estables de la zona euro, explica el semanario alemán.
El peligro no ha desaparecido
"La confianza está regresando", señala un banquero de inversión de una entidad alemana. "Los bancos españoles vuelven a recibir el dinero de los inversores". Sin embargo, la misma fuente señala que las instituciones financieras en la mayoría de países en crisis permanecen aisladas del mercado de préstamos interbancarios. "Esta empresa aún está siendo llevada a cabo por el BCE".
Incluso los que más critican a Draghi y al BCE no pueden negar que el plan de la institución de comprar cantidades ilimitadas de bonos soberanos es en gran parte responsable de las mejoras. Su anuncio "calmó a los mercados e inició el cambio de tendencia, señala el economista Hans-Werner Sinn, presidente del Instituto Ifo en Munich, al Spiegel Online. "Liquidez con tasas de interés asequibles fluye hacia el sur de Europa. Esto reduce los desequilibrios del Target 2".
Ahora bien, Sinn también reconoce que no todo el éxito se debe al apoyo velado del BCE. En su opinión, también hay que mencionar las nuevas reglas que permiten que el fondo de rescate del euro pueda proporcionar, en un futuro, ayuda directa a los bancos.
Con todo, Sinn no cree que la crisis se ha superado todavía. "Los riesgos simplemente se han cambiado", concluye.