La gasista paga 61,9 millones dos semanas después de que Iberdrola y Endesa vendieran un 30% por 233,5 millones
Gas Natural ejecutó ayer un movimiento esperado desde hace año y medio: su entrada en el gasoducto Medgaz, después de que la estatal argelina Sonatrach se lo propusiera en el marco del acuerdo alcanzado tras el arbitraje internacional por los precios del gas.
La compañía que preside Salvador Gabarró ha desembolsado 61,9 millones de euros, un cantidad bastante económica, teniendo en cuenta que la belga Fluxys pagó hace tan sólo dos semanas 233,5 millones por el conjunto del 20 por ciento de Iberdrola y el 12 por ciento de Endesa. No obstante, la gasista asume una parte de la deuda que estaba en manos de Sonatrach, cuyo importe no se ha hecho público.
Además, el importe de la venta supone valorar el tubo, considerado por la Comisión Europea como uno de los proyectos de interés prioritario dentro del sector de la energía, en algo más de 600 millones de euros, cuando el coste de inversión fue de 900 millones y recientemente se valoró esta infraestructura en 1.400 millones de euros.
La entrada de Gas Natural en Medgaz coincide con la visita de mañana del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a Argelina, en el marco de la Reunión de Alto Nivel (RAN) hispano-argelina en Argel.
La participación de la gasista recoge también una capacidad asociada de 0,8 bcm (miles de metros cúbicos) anuales, que será utilizada para transportar a Europa un nuevo contrato de suministro de gas a largo plazo.
Fuentes de la compañía aseguraron que la operación ya ha obtenido el visto bueno de la Comisión Nacional de la Energía.
Con esta venta por parte de Sonatrach, la belga Fluxys se convierte en el primer accionista, con un 32 por ciento, y le siguen la argelina con un 26 por ciento, Cepsa (20 por ciento) y Gaz de France (12 por ciento).
Gas Natural aseguró que con esta operación continúa "fortaleciendo sus suministros de gas y consolidando su relación con la compañía argelina", con la que ya tenía firmados contratos de suministro de gas a largo plazo por un total de 9 bcm de gas, transportados a España través de Marruecos y del estrecho de Gibraltar por el gasoducto Magreb-Europa, del que es accionista mayoritario.
La entrada de la compañía en esta infraestructura se encontró en un primer momento con el obstáculo de Endesa e Iberdrola, que antes de salir del tubo se negaban a que la gasista también tuviera una participación.