Empresas y finanzas

Ono se plantea romper su contrato de operador móvil virtual con Telefónica

  • El cableoperador ha elevado un conflicto ante la CMT para defender sus intereses

Saltan chispas entre Ono y Telefónica. Los dos principales operadores integrados de telecomunicaciones del país no logran entenderse y la controversia puede acabar con la ruptura de relaciones. Tan grave es el asunto que la compañía de cable presentó el pasado noviembre un conflicto ante la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) para defender sus intereses en el negocio de operador móvil virtual (OMV), denuncia insólita en la historia del regulador español.

La situación llevaba enquistada desde el pasado verano, por lo que Ono ha decidido plantearse otras alternativas, entre las que se incluye el cambio de suministrador de red de telefonía móvil. De esa forma, tanto Orange como Vodafone permanecen expectantes a la caza de Ono Móvil, el OMV de mayor crecimiento de los últimos meses, con cerca de 315.000 clientes a principios de octubre.

Sin riesgo para el servicio

Todo se remonta al pasado verano, cuando Telefónica informó a Ono sobre su intención de romper el actual contrato de suministro de red móvil para los servicios de telefonía virtual, acuerdo firmado en 2007 y que expirará el próximo febrero. Acto seguido, el operador que dirige Rosalía Portela solicitó a Telefónica una nueva propuesta para iniciar las pertinentes negociaciones, pero sin obtener respuesta durante meses.

Ante esa situación, Ono reclamó formalmente la intervención del regulador, sin que hasta la fecha la CMT haya aprobado ninguna resolución al respecto. Quien sí se pronunció fue Telefónica, que pocos días después de conocer la actuación de Ono ante el regulador remitió una propuesta comercial a Ono, cuyas condiciones se encuentran en fase de estudio por parte del cableoperador.

El pulso que actualmente mantienen Telefónica y Ono no afectará en ningún caso a la calidad y continuidad del servicio de telefonía móvil que actualmente ofrece el operador de cable. En el caso de que persistieran las discrepancias entre ambos socios, todo apunta a que la CMT impondría medidas cautelares para prolongar el contrato en los términos firmados, sin consecuencias para los usuarios.

El regulador español nunca ha tenido que intervenir para resolver conflictos relacionados con operadores móviles virtuales, ya que los propios afectados han arreglado sus diferencias sin necesidad de acudir a la CMT. Eso no ha impedido que surgieran conatos de enfrentamientos, como los protagonizados por Opera con Movistar o Jazztel con Orange, entre otros.

La portabilidad de un OMV de la red móvil de un operador a otro entraña una notable complejidad técnica, pero en ningún caso resulta insalvable, como lo demostró la migración de Euskaltel de la infraestructura de Orange a la Vodafone.

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