France Télécom prepara una jugada a dos bandas con la que pretende reforzarse de forma histórica en el mercado español. En cuestión de semanas -y siempre antes de final de año-, la multinacional francesa que opera con la marca Orange adquirirá Simyo (subsidiaria española de KPN) por un importe próximo a los 30 millones de euros, según ha podido saber elEconomista de fuentes conocedoras de las negociaciones.
Acto seguido, el grupo galo lanzará su ofensiva por Yoigo, con el objetivo de hacerse con los activos de la filial de Telia Sonera a lo largo de los primeros meses de 2013. Mientras que la compra de Simyo es inminente y podría materializarse la próxima semana, la apuesta de Orange por Yoigo se afrontará con menos premura, debido a las dificultades propias de la dimensión del cuarto operador español de telefonía. A finales del pasado octubre, el director financiero de France Télécom, Gervais Pellissier, confirmó todos los rumores al asegurar a los analistas que su compañía estaba dispuesta a realizar "pequeñas adquisiciones", entre las que situaba a Yoigo.
Posteriormente, el director general de Orange España, Jean-Marc Vignolles, abundó en idénticos términos reconociendo en una entrevista concedida a Bloomberg que su operador no tiene prisa culminar sus objetivos de crecimiento en España.
Una operación clave
Pase lo que pase con Yoigo, Orange protagonizará con Simyo la primera gran operación corporativa que vivirá el sector español de las telecomunicaciones desde hace cinco años. Hay que remontarse a octubre de 2007, cuando Vodafone hizo suyo Tele 2 a cambio de 775 millones de euros. Desde entonces, las grandes telecos han apostado por consolidar sus respectivos negocios domésticos, sin necesidad de hincar el diente a sus rivales. Esa historia está a punto de abrir ahora un nuevo capítulo con la inminente absorción de Simyo en el grupo de Orange España.
La ofensiva sobre Yoigo está cargada de incertidumbres, puesto que en la batalla todavía no se puede descartar a Vodafone, también interesada por la compañía controlada en un 76% por la sueca TeliaSonera, y participada por ACS, FCC y Telvent. Así lo manifestó el primer ejecutivo del grupo británico, Vittorio Colao en un reciente encuentro con la prensa española.
A finales de septiembre, Orange España tenía 11,8 millones de clientes de móviles. En cuanto integre los 400.000 clientes de Simyo y si finalmente hiciera suyos los 3,7 clientes de Yoigo, la filial de France Télécom alcanzaría los 15,9 millones, muy cerca de los 16,3 millones de clientes de Vodafone. Como es conocido desde la primavera de 2011, Orange se propuso convertirse en el segundo mayor operador de móvil por número de clientes, por delante de Vodafone, tal y como se contempla en su denominado Plan Conquista 2015.
El acuerdo la holandesa KPN y la francesa France Télécom está prácticamente decidido, puesto que sólo faltan los últimos formalismos, una vez despejadas las incertidumbres en cuanto a precio y condiciones. Durante los últimos meses, tanto Orange como Vodafone han pujado por adquirir Simyo, un operador móvil virtual que cuenta con más de 400.000 clientes y que en lo que va de año se ha beneficiado del tirón propio de todas las compañías de bajo precio.
Entre otros detalles, Simyo ha incrementado su clientela de valor al elevar el porcentaje de usuarios de contrato respecto a los de prepago. En la actualidad, la tarifa estrella de Simyo compite directamente con la que promociona Amena.com, segunda marca de Orange. Se trata de una oferta de cinco céntimos el minuto y un consumo de datos móviles de 555 MB a cambio de un consumo mínimo mensual de 6,99 euros.
Ventaja estratégica
La decisión de la compra de Simyo por parte de Orange España estaba en manos de las respectivas matrices, de forma que el grueso de las negociaciones se ha realizado lejos de España. En ese entorno, Orange ha hecho valer la ventaja estratégica que atesoraba en la pugna con Vodafone por Simyo. Entre otras fortalezas, el operador francés es el actual proveedor de infraestructura de red, con las ventajas comerciales que eso representa. Aunque sólo fuera por el riesgo de pérdida de los ingresos procedentes de Simyo, Orange estaba obligado a mejorar la oferta que presentara Vodafone. Y así ha sido, una vez que el operador británico decidiera desistir en la aventura.
En el verano de 2011, KPN decidió desinvertir en Francia y España. Fue el consejero delegado de KPN, Eelco Blok, quien expresó su deseo de evaluar todas las opciones para las filiales española y gala con el objetivo de centrarse en aquellos mercados de mayor crecimiento e interés estratégico para el grupo, preferiblemente los del centro de Europa.
Hace justo un año, el grupo holandés alcanzó un acuerdo con Bouygues Telecom para colocar a su subsidiaria en aquel país. Sin embargo, los planes de venta en España tuvieron que retrasarse debido a los problemas técnicos relacionado con el acuerdo de equipamientos técnicos que mantenía Simyo con Huawei y que complicaba la operación. Dichos inconvenientes se resolvieron el pasado verano, dejando la pista libre a la desinversión de KPN en España.
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