Empresas y finanzas

Los problemas del sector residencial amenazan a medio centenar de empresas del grupo Nozar

Luis Nozaleda. Foto: archivo.
Hasta hace muy poco parecía que los grandes empresarios inmobiliarios nunca iban a dejar de multiplicar sus beneficios, pero la situación ha cambiado. Luis Nozaleda, presidente y fundador de Nozar, ha logrado amasar en los últimos años un patrimonio empresarial de 4.135 millones de euros, según los activos declarados en las cuentas anuales de 2006 y, aunque de momento está a salvo de la suspensión de pagos, sabe que se lo juega todo a una carta.

El valor de sus activos se ha incrementado un 73 por ciento respecto a 2005, pero ahora, en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria -las ventas de casas están cayendo más de un 40 por ciento en algunas comunidades autónomas- Luis Nozaleda y el resto de su familia observan con preocupación como todo su imperio se tambalea.

Un holding muy amplio

Nozar se encuentra en la cúspide de la pirámide de un holding empresarial que abarca sectores muy variopintos. Está presente en el negocio de la alimentación, el comercio, el turismo, las explotaciones ganaderas, la moda, la construcción, la energía y, por supuesto, en el inmobiliario. Además de Nozar, la familia Nozaleda controla el 10,56 por ciento de la inmobiliaria Colonial <:CAR.MC:>, el 5,9 de Aisa (AISA.MC) y el 17,8 de Afirma <:AST.MC:>, el grupo resultante de la fusión de Astroc, Rayet y Landscape.

De momento ha ganado la primera batalla a la crisis después de que un juez de Madrid rechazara el concurso de acreedores solicitado por uno de sus proveedores, Avalatransa, que había denunciado impagos, pero Nozar sabe que si la situación inmobiliaria en España sigue complicándose, todos sus negocios podrían verse afectados.

A falta todavía de que se publiquen los datos del pasado ejercicio, el grupo disparó ya un 74 por ciento su deuda en 2006, hasta alcanzar los 3.793 millones de euros (2.532 millones a largo plazo y 1.261 millones a corto). La situación es compleja porque, aunque el grupo sigue ganando dinero, una gran parte de sus sociedades está en pérdidas.

"No se puede negar que la crisis inmobiliaria podría influir en la marcha de nuestras empresas, aunque hay que insistir también en que los resultados negativos que han registrado algunas de ellas no son elevados y se trata, además, de compañías que funcionan de forma completamente independiente", asegura un portavoz del grupo.

El problema es que Nozar tiene la mayoría o incluso el cien por cien de la casi totalidad de estas sociedades, por lo que si se viera arrastrada a una situación de riesgo, tal y como les ha ocurrido a otras empresas del sector, sus negocios podrían estar en peligro.

En la industria alimentaria, el grupo controla el fabricante de quesos Qualia, la cárnica Marcos Sotoserrano y las bodegas Aalto y Viñedos y Crianzas del Alto Aragón, la propietaria de la marca Enate, además de participar en Bodegas Pirineos. Y salvo Aalto y Viñedos, todas las demás registran números rojos, con unas pérdidas que se elevan a 5 millones en total.

Un gigante de la distribución

Fiel a su estrategia de diversificación, Nozaleda es uno de los pocos empresarios que controla a la vez empresas productoras y distribuidoras al ser dueño también de la cadena de supermercados Galerías Primero, que tiene unos 75 establecimientos en Aragón, La Rioja, Navarra y Castilla y León pero que, desgraciadamente para él, tampoco presenta una situación financiera demasiado boyante.

La cadena, que acaba de hacer una ampliación de capital el pasado enero, presentaba en 2006 un fondo de maniobra negativo, según los datos del Registro Mercantil de Zaragoza. Ese año perdió 5,8 millones y, según fuentes de la propia Nozar, lejos de ganar dinero, el pasado ejercicio habría cerrado otra vez con unas pérdidas de más de un millón. Y tampoco le va mucho mejor con el negocio turístico.

El gigante inmobiliario de los Nozaleda es propietario, entre otros activos, del hotel Mindanao, la estación de esquí Boï Taull, el balneario y el casino de Panticosa en el Pirineo Aragonés y la agencia de viajes Romanic. Mindanao gana dinero, pero el resto acumula unos resultados negativos de casi 20 millones de euros, al igual de lo que sucede con otra de las sociedades de las que participa, Teruel Avanza.

Y tampoco gana dinero en el sector de la energía, con Nozesba Desarrollos Energéticos, ni en el de la moda con Deville. Los ingresos que obtuvo con el negocio inmobiliario le llevaron a lanzar incluso una marca de ropa para hombre, Fancy Men, que tampoco ha tenido demasiado éxito. Hasta el pasado mes de diciembre, Nozar tenía también en bolsa un 5 por ciento de Natraceutical (NTC.MC), la filial de biotecnología del grupo Natra (NAT.MC), pero decidió desinvertir y abandonar además el Consejo de Administración.

El poder del suelo

Nozaleda no lo tiene fácil porque su principal respiro hasta ahora, la promoción de viviendas, se ha convertido en su mayor pesadilla, sobre todo porque la mayor parte de su patrimonio está invertido en suelo y los problemas para comercializarlo son cada vez mayores. La compañía asegura en sus últimas memorias que "el valor contable de los terrenos asciende a 1.247 millones", lo que representa el 38 por ciento de los activos de la matriz. En total, la empresa tenía a 31 de diciembre de 2006 más de 1,5 millones de metros cuadrados edificables, cuyo valor de mercado alcanzaba los 1.893 millones de euros según la tasación realizada por la consultora CB Richard Ellis.

La inmobiliaria asegura que esta cifra representa unas plusvalías de 646 millones de euros. Y a esas cantidades habría que sumar 1,6 millones de metros cuadrados más que pertenecen a sus empresas participadas y que tienen un valor de 1.170 millones de euros, con unas plusvalías asimismo de 354 millones. Al margen de que el valor haya podido bajar, lejos de ser la solución, todo eso puede ser ahora un problema debido a la crisis del ladrillo.

Nozar no ha dudado tampoco en aliarse en los últimos años con otras empresas para invertir en este sector, aunque la suerte ha sido desigual. Con firmas conjuntas con Martinsa y Masaveu, su mayor pesadilla ha sido la Inmobiliaria Colonial, donde ha perdido una gran parte de sus ahorros, sobre todo después de la retirada del fondo de Dubai, que se perfilaba como el salvador de la empresa.

De padre asturiano (a quien considera el alma del grupo) y madre mexicana, Luis Nozaleda comenzó junto a sus tres hermanos en el sector de la alimentación -crearon una panificadora- y en el inmobiliario. Hoy, a sus 53 años, puede estar orgulloso del gran imperio que ha logrado levantar.

Sin embargo, le va hacer falta toda la experiencia adquirida durante estos últimos años en el mundo empresarial para evitar que su gigante se desmorone y que el ladrillo provoque un efecto dominó en empresas que tienen que ver muy poco con la actividad inmobiliaria, la misma que había generado antes toda su riqueza. Lo peor, quizás, es que el futuro no esté en sus manos.

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