París, 31 mar (EFECOM).- El grupo brasileño Gerdau y su filial española Sidenor estudian presentar su candidatura a la compra de la planta siderúrgica que Arcelor-Mittal tiene en Grandrange (noreste de Francia) para la que el grupo luxemburgués tiene previsto el cierre de parte de sus actividades.
El Ministerio francés de Economía confirmó hoy, en un comunicado, que su titular, Christine Lagarde, recibió el pasado viernes al vicepresidente de Gerdau, Paulo Fernando Bins de Vasconcellos, y al director general de Sidenor, José Antonio Jainaga, junto al anterior director de la factoría de Grandrange, y a un responsable del ayuntamiento de Amneville, que es el que solicitó la reunión.
"Al término de esta cita, se recomendó al grupo Gerdau, que por ahora no ha presentado oferta de compra, que entre directamente en relación con la dirección de Arcelor-Mittal para precisar, eventualmente, sus intenciones", explicó el Ministerio francés.
El departamento de Economía precisó que ese encuentro se organizó "en el marco de los diferentes contactos que (...) ha podido tener en las últimas semanas con profesionales del sector que se han declarado interesados por el futuro de la planta de Grandrange".
Lagarde había subrayado ayer que "el objetivo principal" del Gobierno francés es "salvar los empleos" y "luego, si se puede salvar la actividad con inversiones exteriores, y sé que puede haber socios privados interesados, nuestro oficio es incitarlos".
En las últimas semanas han circulado diversos nombres de compañías interesadas en la compra de la planta, y en particular el empresario Romain Zaleski, antiguo miembro del consejo de administración de Arcelor-Mittal, el británico Corus (recientemente comprado por el indio Tata Steel), Ascometal (del grupo Severstal) o el alemán Saarstahl.
Sin embargo, la dirección de Arcelor-Mittal ha reiterado que no tiene ninguna oferta concreta encima de la mesa.
Además, el líder mundial de la siderurgia ha organizado un comité de empresa extraordinario en Grandrange el próximo viernes, convocatoria que los sindicatos han interpretado como la formalización del anuncio del cierre de la acería de la fábrica.
Eso significaría la supresión de cerca de 600 empleos (inicialmente se habló de 595) de los 1.100 que integran la plantilla.
Esos temores se ven reforzados por el hecho de que los sindicatos recibieron el pasado sábado la respuesta de la empresa al contra-proyecto que habían elaborado para evitar el fin de la actividad de la acería.
En esa respuesta, Arcelor-Mittal reitera sus anteriores análisis en el sentido de que la factoría no es suficientemente competitiva y las alternativas sugeridas por las centrales no serían una solución. EFECOM
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