E l acceso constante y fiable al suministro de gas es una de las claves de la política energética mundial y ganará peso con el paso de los años. Este hidrocarburo tiene cada día una mayor importancia por su creciente necesidad para generar electricidad.
E l acceso constante y fiable al suministro de gas es una de las claves de la política energética mundial y ganará peso con el paso de los años. Este hidrocarburo tiene cada día una mayor importancia por su creciente necesidad para generar electricidad.
La relación entre Argelia y España ha ido creciendo desde la construcción del gasoducto del Magreb, que sirve para importar gas a través de Marruecos y se incrementará con la puesta en funcionamiento en 2009 de esta nueva conexión por gasoducto con Argelia, pero ya sin atravesar el reino alauita, lo que supondrá un menor coste para este hidrocarburo, tal y como ha calculado el Observatorio Mediterráneo de la Energía (OME).
El Gobierno español, no obstante, ha sido precavido y ha impuesto una limitación al gas que se puede importar desde el corazón del Sáhara para forzar a las empresas españolas a diversificar las fuentes de suministro y lo ha logrado haciendo que se entre en nuevos mercados como Omán, Nigeria y Qatar.
El gasoducto que unirá el yacimiento de Hassi R' Mel con España tendrá, en principio, una capacidad de 8 bcm, lo que supone casi la mitad del consumo de gas actual de España(20 bcm). No obstante, para cuando entre en funcionamiento, el Gobierno considera que el aumento del consumo se habrá incrementado de tal manera que reducirá considerablemente el porcentaje de importación total y permitirá que Argelia no supere el límite del 60 por ciento impuesto por el propio Ejecutivo hace dos años.
Medgaz comenzará a construirse previsiblemente este otoño, si las autorizaciones administrativas no se retrasan. El consejo tiene previsto aprobar antes de final de año la decisión de inversión, lo que supondrá el pistoletazo de salida para poner en marcha esta infraestructura, que ha sido calificada de estratégica tanto por el Gobierno como por la Unión Europea, otorgando a la vez las respectivas ayudas para su construcción.
Medgaz ha recibido ya la declaración de impacto ambiental, pero aún necesita la autorización administrativa del ministerio de Industria español, así como la de la Agencia de Regulación Argelina (ARH), tal y como indicaron fuentes del proyecto.
Decisión de inversión
Una vez se consigan ambos permisos, el consejo de Medgaz aprobará la inversión. Este procedimiento, no obstante, supondrá un retraso sobre el calendario previsto que podría llevar a traer el primer gas desde finales de 2008, en el que estaba previsto, a principios de 2009.
Los promotores del gasoducto están estudiando también una ampliación de la capacidad de transporte del tubo. Si en un primer momento se preveía que Medgaz trajera a la península ibérica un total de 8 bcm, el presidente de Cepsa, Carlos Pérez de Bricio, apuntó recientemente a que con unas pequeñas modificaciones en las estaciones de compresión previstas y un leve aumento de la inversión se podrían llegar a importar hasta 11 bcm, pero por el momento no se ha tomado ninguna decisión al respecto.
La idea de construir un gasoducto entre Argelia y Europa surgió durante los años setenta. Con el objetivo de estudiar la viabilidad de un enlace submarino, se realizaron estudios sísmicos, análisis geológicos, inspecciones visuales del lecho marino y estudios oceanográficos. Sin embargo, las limitaciones técnicas del momento impidieron la construcción de un gasoducto en aguas muy profundas.
En en agosto de 2000, y después de los avances logrados en el Golfo de México, con gasoductos a más de 2.000 metros de profundidad, Cepsa y Sonatrach firmaron un protocolo de acuerdo con el objetivo de retomar este emblemático proyecto para, en febrero de 2001, constituir la "Sociedad para el Estudio y Promoción del Gasoducto Argelia-Europa, vía España" (MEDGAZ).
A partir de ese momento, varias empresas internacionales mostraron su interés por sumarse al proyecto. De las que comenzaron tan sólo abandonó el proyecto la italiana Eni, a la que le sustiyó Iberdrola. Los promotores de Medgaz son en la actualidad Cepsa, Sonatrach, BP, Endesa, Gaz de France, Total e Iberdrola.
Entre los años 2002 y 2004, cinco empresas especializadas realizaron una nueva evaluación de las condiciones físicas y un estudio sobre la forma de tender el tubo submarino para evaluar la viabilidad del proyecto.
El tramo submarino contará con más de 200 kilómetros de recorrido submarino y supondrá una inversión del orden de 700 millones de euros, sin contar los miles de kilómetros que recorrerá por la superficie y que han comenzado ya a licitarse por parte de Sonatrach.
A nivel tecnológico, se utilizarán tuberías diseñas para aguas profundas, capaces de resistir la presión del agua a más de 2.160 metros de profundidad y preparadas para podere atravesarzonas complicadas en las plataformas continentales.
El presidente de Medgaz, Pedro Miró explicó que el gasoducto no se adelantará sobre su fecha prevista porque la contratación de los materiales y las empresas tienen unos plazos necesarios. Miró descartó también que en la preparación del proyecto se hayan producido interferencias políticas por parte de las autoridades, anque destacó la complejidad de la tramitación de un proyecto de esta envergadura.
Contratos con Sonatrach
Las empresas eléctricas han comenzado ya a realizar importantes contratos de compra de gas con Sonatrach. Iberdrola y Endesa ya han cerrado acuerdos de gran trascendencia y ya analizan proyectos de futuro con la compañía argelina como la construcción de un cable eléctrico entre ambos países, así como la instalación de un ciclo combinado en territorio argelino. No obstante, fuentes del sector eléctrico han puesto en duda la rentabilidad de esta instalación.
A largo plazo, Medgaz podría llegar hasta Francia, aunque este objetivo no se lograría antes de 2011. La intención de esa ampliación sería incrementar la exportación de gas desde Argelia a Francia. Esta opción estratégica ha sido analizada por algunas de las principales compañías galas, que han entrado en este proyecto por ese mismo motivo.
Medgaz también tiene competencia en Europa. Se trata de Nabucco, un gasoducto que llevará a Austria el gas proveniente de los yacimientos del mar Caspio. En esa interconexión se encuentran también muy interesados algunos de los accionistas del gasoducto entre Argelia y España, en concreto Gaz de France que ve en esta interconexión un incremento de la garantía de suministros de gas para Francia.
Italia, por su parte, también ha acelerado la construcción de su conexión con Argelia después de los graves problemas de abastecimiento de gas que vivió el pasado invierno por culpa de la reducción de suministro desde Rusia. El gas se ha convertido en el siglo XXI en una nueva arma política.