Empresas y finanzas

El BCE asumirá en 2014 la supervisión de los 6.000 bancos de la eurozona

En 2013 controlará ya a todos las entidades ayudadas por el fondo de rescate.

El Banco Central Europeo (BCE) supervisará los más de 6.000 institutos crediticios que conforman el sistema financiero de la zona del euro.

El comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, anunció ayer que la supervisión empezará a funcionar de manera escalonada, de modo que desde el 1 de enero de 2013 "todos aquellos bancos que son apoyados por los fondos de rescate serán controlados ya desde el eurobanco".

A partir del 1 de julio de 2013, se supervisará suplementariamente a todos los grandes bancos de relevancia para el sistema y, desde enero de 2014, a la totalidad de las entidades.

Barnier rechaza así las exigencia alemanas de que la supervisión solo afectará a los 45 grandes bancos, los más relevantes para el sistema financiero, dejando fuera a las entidades más pequeñas, como sus cajas de ahorros regionales, que no se han sometido a ninguna de las pruebas de solvencia o test de estrés realizadas en Europa desde comienzos de la crisis financiera.

Oposición alemana

Ayer precisamente, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, insistió en un artículo publicado en Financial Times en que el control desde el BCE "puede plantear un riesgo sistémico a nivel europeo".

Schäuble advirtió de que "por sentido común no se puede esperar un vigilante europeo que supervise directamente todas las entidades crediticias de la región de forma efectiva".

Bruselas insiste, sin embargo, en que debe ser así. Recuerda que bancos aparentemente de menor relevancia como Bankia, Northern Rock o Dexia solo han podido evitar la quiebra mediante "enormes operaciones de rescate estatales" y subraya que casos así no deben repetirse.

La propuesta de ley se presentará oficialmente el próximo 12 de septiembre y, según adviertió el comisario de Mercado Interior, el control central de la totalidad de los bancos de la eurozona "será vinculante y obligatoria".

La idea inicial de Bruselas es que los países de la Unión Europea que no forman parte aún de la Unión Monetaria podrán sumarse voluntariamente a ese control.

El BCE tendrá así "plenos" poderes de supervisión en todos los asuntos que se refieren a la estabilidad financiera, mientras que los supervisores nacionales colaborarán a la hora de "preparar e implementar" las medidas.

La Comisión Europea (CE) quiere, entre otras cosas, otorgarle el poder único de conceder todas las licencias bancarias en la eurozona.

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