
Buenos Aires, 13 mar (EFECOM).- El gobierno argentino criticó por "desmesurada" a la huelga de dos días que empezaron hoy las mayores asociaciones de productores agropecuarios del país en repudio al alza de impuestos a exportaciones agrícolas y otras regulaciones.
El jefe del gabinete de ministros, Alberto Fernández, se declaró "azorado" por la reacción "desmesurada" de las asociaciones, que en conjunto reúnen a unos 290.000 agricultores y ganaderos que hasta el viernes próximo no harán ninguna operación de compra o venta.
Dijo que la subida de las gabelas a la exportación de soja y otros granos responde a un "criterio redistributivo" de la riqueza para "garantizar" que las ganancias agrícolas "se compartan con todos los argentinos".
"El Gobierno los ayudó mucho, no sólo con el gasóleo a precio subsidiado sino también con la devaluación" del peso, remarcó a la emisora bonaerense Radio América.
Fernández aludió así a la política cambiaria que mantiene a la moneda nacional depreciada en un 68 por ciento frente al dólar a pesar de la caída del valor de la divisa estadounidense.
Mientras, el ministro de Economía, Martín Lousteau, rechazó las protestas al subrayar que "hoy cualquiera ve que ha mejorado la situación del campo".
"Al campo le va bien porque ha realizado una inversión importante en tecnología y por una coyuntura internacional que lo hace rentable: el Gobierno debe velar por el equilibrio de la economía de todos los sectores", puntualizó a los periodistas.
Lousteau anunció este martes un fuerte aumento en los impuestos a la exportación de soja (tasa del 43 al 49 por ciento) y girasol (37 al 45 por ciento), dentro de un mecanismo que abarca a todos los granos y variará según la evolución de sus precios internacionales, lo que provocó la indignación de los agricultores.
Dentro de una política de "redistribución del ingreso" y para impedir que el negocio agrícola arrase con las actividades pecuarias, como la ganadería, hubo una leve bajada de los tributos que pagan las exportaciones de trigo y maíz.
El gobierno calculó que estas medidas supondrán una recaudación adicional de unos 1.200 millones de dólares anuales, pero la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales, Federación Agraria y la Confederación de Cooperativas Agropecuarias sostienen que se trata de una "nueva confiscación" de 2.400 millones de dólares.
La huelga patronal "es un llamado de atención, responde a una necesidad de ser atendidos, de poder sentarnos en una mesa a dialogar", afirmó hoy Luciano Miguens, quien preside la Sociedad Rural, que reúne a los mayores productores agropecuarios del país.
"Pedimos ser atendidos, ser escuchados, poder encontrar medidas de mediano y largo plazo para el campo. Eso es lo que estamos tratando de lograr", aseguró a la emisora Radio Mitre.
La protesta de las mayores agrupaciones agropecuarias del país, que también rechazan tajantemente las restricciones a la exportación de carne vacuna, recibió cierto respaldo de la Coalición Cívica, tercera fuerza parlamentaria del país.
"Las retenciones móviles a las exportaciones agrícolas huelen a recurso mediático para esconder un nuevo manotazo a los productores y a las provincias", afirmó la fuerza política opositora que lidera la dirigente de centro izquierda Elisa Carrió.
Los trabajadores de la industria frigorífica y una asociación de ganaderos llevaron a cabo el miércoles un boicot al consumo de carne vacuna en repudio a las restricciones a las exportaciones y los precios del producto fijados por el gobierno. EFECOM
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