La operación salida de agosto se presenta complicada, al menos para aquellos que viajen en tren. La falta de acuerdo entre Gobierno y sindicatos dejará hoy al mínimo el transporte por ferrocarril. Más de 200.000 pasajeros se verán obligados a ajustarse a unos servicios mínimos, que ni siquiera los sindicatos garantizan. De no haber acuerdo, los sindicatos 'amenazan' con otra jornada de protesta el 17 de septiembre. Los trabajadores ferroviarios se concentran en Atocha.
"Nuestra intención es cumplir con los servicios decretados por Fomento, pero no podemos asegurarlo. Los trabajadores están indignados y aún no saben si irán a trabajar", aseguró ayer el secretario de Comunicación del Sindicato Federal Ferroviario, Reyes Cañaveras.
Los trenes españoles afrontan hoy 24 horas de lo que puede ser una jornada clave. Por primera vez, las tres empresas que conforman el servicio ferroviario estatal, Renfe, Adif y Feve, han convocado una huelga conjunta en contra de la fragmentación y de la privatización del ferrocarril, y en protesta por los recortes a los trabajadores.
Caras consecuencias
La huelga le puede costar muy cara a Renfe. El secretario de Estado de Fomento, Rafael Catalá, estima que los paros pueden causar unas pérdidas a la operadora de unos 3 o 4 millones de euros sólo en los billetes que se anulan o no se venden. No obstante, desde el Gobierno se lanzó un mensaje tranquilizador y se aseguró que "los servicios mínimos hay que cumplirlos". "Se establecerán las sanciones oportunas a quien no los cumpla", subrayó el viceconsejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, Borja Carabante.
Sin embargo, los sindicatos con representación en el sector ferroviario (CCOO, UGT, Semaf, Sindicato de Circulación Ferroviario y CGT) criticaron que los servicios mínimos fijados por el Gobierno son "los más abusivos de la historia" del sector e "ilegales". Además, anunciaron la intención de denunciar también por la vía penal a los altos cargos firmantes de los servicios esenciales.
Desde Renfe, sin embargo, el mensaje era otro. Tres de cada cuatro trenes de larga distancia van a estar hoy operativos y con refuerzos de asientos para quienes tengan ya hecha la maleta.
El Ministerio de Fomento ha decidido que circulen el 75% de los trenes AVE y de larga distancia y el 67% de los trenes interurbanos. El servicio de los trenes de Cercanías se prestará con una media del 60% de 6 a 9 de la mañana, y del 42% respecto a una jornada habitual. La excepción es Cataluña, que tiene este transporte transferido.
Sin acuerdo
Los sindicatos han querido dejar claro que lo que ocurra "será responsabilidad del Ministerio de Fomento. El Gobierno no se ha citado ni una sola vez con nosotros", aunque confían en que se desarrolle una jornada tranquila y sin incidentes en las vías. En ese sentido, se mostraron dolidos por la "indiferencia" hacia un sector en el que trabajan 30.000 personas que esperaban una respuesta. "La única solución que ofrece el Gobierno es liberalizar y privatizar a las empresas para desprenderse de la responsabilidad que tiene sobre ellas", se lamentan los convocantes.
A este respecto, la ministra de Fomento, Ana Pastor, pidió públicamente a los responsables sindicales que "arrimen el hombro" y agoten la vía del "diálogo" antes de la huelga convocada para hoy. La dirección empresarial intentó reunirse con cada sindicato por separado antes de la huelga, pero estos señalaron que a quien tenía que llamar era al comité de huelga unitario, lo que no ha ocurrido.
El sector lo tiene claro: no va a parar hasta que se les escuche y ya ha amenazado con una nueva huelga para el próximo 17 de septiembre si el Gobierno no cambia su actitud. Lo que hoy ocurra será crucial para que la agenda de movilizaciones se mantenga.