LONDRES (Reuters) - Mario Draghi ha puesto el listón alto al declarar que el Banco Central Europeo (BCE) hará todo lo que sea necesario dentro de su mandato para preservar el euro.
Como mínimo, los mercados financieros esperan que el BCE supere las reservas del Bundesbank y reanude su Programa de Valores de Mercados, que desplegó por última vez para comprar bonos gubernamentales en el mercado abierto hace casi cinco meses.
Una prueba de lo que podría pasar si el banco central hiciera cualquier cosa menos que eso se vio el viernes, cuando el euro, las acciones europeas y los precios de los bonos españoles e italianos cayeron después de que el Bundesbank reiterara su crítica a este programa de compra de bonos.
El BCE tendrá que ser mucho más agresivo que en el pasado para ganar más que un pequeño espacio de holgura para España e Italia, cuyos costes de crédito se han elevado y cuyas necesidades de rescate serían demasiado grandes como para ser cubiertas por fondos actuales.
Para dar a los políticos tiempo suficiente para resolver una crisis que presenta una creciente amenaza para la zona euro, el banco central necesita comprar tantos bonos españoles e italianos como sea necesario para convencer a los inversores de que hagan lo mismo.
Los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y Reino Unido ya han desplegado programas de "alivio cuantitativo", que implican la compra de grandes cantidades de bonos gubernamentales u otros activos para incentivar la actividad económica.
Eso sería controvertido para el BCE, que tiene prohibido por la ley europea usar su hoja de balances para financiar el gasto de gobiernos.
La compra de bonos por parte del BCE ha sido diferente hasta ahora del alivio cuantitativo porque el banco saca del sistema financiero tanto dinero como el que coloca en él, un proceso conocido como esterilización.
Algunos expertos afirman que, para ser efectivo, el BCE tendría que adoptar tácticas que se parezcan más al alivio cuantitativo total visto en otros lugares.
"Lo que realmente podría funcionar es que el BCE haga una promesa creíble e ilimitada de gastar tanto dinero como sea necesario, que declare topes sobre diferenciales de rendimientos de bonos o rendimientos y que dé más apalancamiento a los fondos de rescate de Europa", afirmó Carsten Brzeski, economista senior de ING en Bruselas.
NUEVAS TÁCTICAS
Podría haber divisiones dentro del BCE respecto a cómo lidiar con la crisis, pero la entidad es vista por los mercados como la única institución que puede moverse rápida y efectivamente para detener un proceso de descomposición que se está transmitiendo a toda la zona euro a través del mercado de bonos.
El problema ha llegado a España, a la que se considera en dificultades para autofinanciarse durante mucho tiempo más si el rendimiento de sus bonos a 10 años se mantiene cerca de los máximos niveles de la era de la zona euro del 7,78 por ciento vistos esta semana.
Se trata de casi 6,5 puntos porcentuales más frente al rendimiento del bono alemán y sobrepasó los rendimientos a 10 años de bonos emitidos por Irlanda, que ya ha recibido un rescate.
Más aún, Italia, la tercera mayor economía de la zona euro, también se está viendo arrastrada por la crisis.
El BCE ha comprado 211.500 millones de euros en bonos desde que comenzó su Programa de Valores de Mercado en mayo de 2010. Su mayor gasto semanal fue de 22.000 millones de euros en agosto de 2011 y apenas ha recurrido al programa este año.
Pero pese a que las compras lograron desacelerar el aumento en los rendimientos de países de la zona euro altamente endeudados, no bastaron para contrarrestar la situación y no serán suficientes ahora, según analistas.
Por lo tanto, el Banco Central Europeo tendrá que usar nuevas tácticas para tener un impacto duradero y estar a la altura de la promesa de Draghi.
/Por Swaha Pattanaik/