
Este parisino dirige, desde hace tres años, Cofely (grupo GDF Suez) en España. Desde que asumió el cargo en 2009, ha reestructurado la compañía y emprendido una cruzada: quiere convencer a los ayuntamientos de este país de que acaben con los aparatos de aire acondicionado en los hogares y empresas, fulminando, de paso, el riesgo de legionella. Pero no es tarea fácil.
Lo suyo es la eficiencia energética, pero dígame, ¿qué piensa de la marcha minera?
Mantener la minería con ayudas sería un error, porque no es una actividad competitiva. Pero sí hay que acompañar la reconversión. Este problema se vivió en Francia a principios de los ochenta y a los trabajadores del sector se les derivó al industrial y al del automóvil.
El incendio declarado en Valencia en junio lo causó una negligencia de los técnicos que instalaban placas solares en una parcela privada. ¿Qué le parece el autoconsumo energético?
El autoconsumo [es decir, que los hogares se conviertan en centros de generación de energía] es para el fotovoltaico el futuro absoluto. El precio de las placas ha bajado tremendamente y este tipo de proyectos tienen un gran desarrollo, en especial para los particulares pero también para el sector industrial. Pero, por supuesto, hay que regular la manera de hacerlo.
¿Permitirán las eléctricas que los hogares se autoabastezcan?
Es una evolución natural: el carbón desaparece, las primas a las renovables también... Esos movimientos no se pueden parar y la Administración debe acompañarlos. Si alguien puede comprar placas solares un 50 por cuento más baratas que el año pasado, las electricas deberán adaptarse.
¿Qué son los 'ecobarrios'?
Barrios eficientes energéticamente. En el distrito 22 de Barcelona distribuimos a todos los edificios agua fría y caliente de forma centralizada. Así los edificios no precisan equipos de climatización ni calefacción y se evitan casos de legionella.
¿Cuánto se ahorraría la Administración con estos sistemas?
La energía le saldría entre un 10 y un 20 por ciento más barata respecto a los edificios tradicionales, donde tienes que pagar el mantenimiento de los equipos. Es difícil dar una cifra en euros.
¿Por qué hay tan pocas redes de este tipo en España?
Por el componente político. Nosotros acometemos construcciones con concesiones de 25 o 30 años. Y, mientras que en el norte de Europa hay muchas redes de calor y frío, en España ni constructores ni ayuntamientos se plantean promocionar estas soluciones. Que sean proyectos de largo plazo influye: los ayuntamientos quieren ahorro ya. Aquí se vive en el inmediato. Pero ahora estamos en un momento clave. Los ayuntamientos tienen que presentar planes de saneamiento y creo que, después de años sin lanzar concursos en temas de eficiencia, en los próximos meses veremos muchos.