En octubre de 2009 Agrupació Mutua rozaba la insolvencia y su gestión arrojaba serias dudas. Y la Dirección General de Seguros tomó su control: separó a los ejecutivos y nombró administradores provisionales.
Dos años y medio después, ayer levantó las medidas de control especial y la aseguradora, con 325.000 socios asegurados y más de un millón de pólizas en cartera, caminará sola. O más bien con compañía. Sus mutualistas aprobaron el pasado 30 de junio la integración de Agrupació en el Grupo RACC-ACM, de la entidad francesa Assurances Crédit Mutuel.
El primer fruto de la unión es que los fondos propios de la compañía suben 200 millones de euros y al 400 por ciento la solvencia, lo que hace innecesario el control de Seguros. El segundo es que abraza un "ambicioso" plan de crecimiento en seguros personales (Salud, Accidentes, Decesos, Dependencia, Ahorro y Pensiones), a través de su red de distribución y la de sus grandes accionistas: RACC y ACM (Targo Bank y Cofidis). Al levantarse el control del supervisor a Agrupació se le abre además la opción de crecer por compras si encuentra oportunidades.