
El Gobierno está planteándose un cambio en la fiscalidad del tabaco para intentar echar el freno a la caída de los ingresos que se está registrando en lo que llevamos de ejercicio. Hay empresas tabacaleras que han planteado ya que si se lleva a cabo una subida del IVA se acometa al mismo tiempo una rebaja de los impuestos especiales a través de la parte porcentual sobre el precio.
Aunque todavía no hay nada claro, fuentes próximas al Ejecutivo reconocen en este sentido que una nueva subida podría ser contraproducente porque obligaría a la industria a acometer una subida de hasta 50 o 60 céntimos en lo que llevamos de año, lo que hundiría aún más las ventas y dispararía el tráfico ilícito.
El Gobierno reestructuró ya el pasado 30 de marzo la fiscalidad del tabaco para incrementar los ingresos derivados de los impuestos especiales, según dijo entonces el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en 150 millones de euros. "Si no se hubiera hecho, la caída hubiera sido mayor", aseguran ahora en el Gobierno.
Actualmente, hay dos impuestos que gravan, al margen del IVA, los cigarrillos: la tasa ad valorem, equivalente a un porcentaje sobre el precio, y la específica, que es fija. El problema es que Hacienda redujo en marzo la primera del 57 al 55 por ciento sobre el precio de la cajetilla y, aunque en teoría, subió el fijo para compensarlo, lo hizo en mucha mayor cuantía. Hasta entonces estaba en 12,7 euros y se subió hasta 19,01 euros por cada mil cigarrillos. Eso obligó a las empresas a encarecer ya sus productos entre 20 y 25 céntimos y a revisar sus previsiones de venta anuales ante la caída del consumo.
Merma de ingresos
El Gobierno da por hecho ya que la última subida de la fiscalidad sobre los cigarrillos mermará aún más sus ingresos por los impuestos especiales que gravan este producto. Según se recoge en el Programa de Estabilidad para el periodo 2012-2015, el Estado recaudará este año 6.884 millones de euros por este concepto, lo que supone 369 millones menos que en 2011, cuando se ingresaron 7.253 millones.
Es una caída del 5,1%, pero que se suma a otra más registrada ya el año pasado como consecuencia también de la subida impositiva aprobada por el Ejecutivo socialista a finales de 2010. En total, los ingresos por los impuestos especiales del tabaco se reducirán así en 539 millones de euros en tan sólo dos años, lo que equivale al 7,26%.
Las ventas de tabaco se están desplomando tras la última subida de impuestos, que obligó a la industria a subir en abril los precios de las principales marcas hasta 25 céntimos por cajetilla. Durante el pasado mes de mayo se vendieron 4.437 millones de cigarrillos, lo que supone un caída del 21,26 por ciento respecto al año anterior. La idea inicial por ello es que si sube el IVA baje en la misma proporción el ad valorem. "No se trata de que la industria tabacalera quede exenta de la subida del IVA, sino de rebajar esta tasa especial para evitar una nueva subida de impuestos en apenas cuatro meses", aseguran las fuentes consultadas.
En Hacienda son conscientes de que un nuevo encarecimiento podría hundir aún más la recaudación y parecen dispuestos a ello. Y es que el contrabando de tabaco se ha convertido ya en uno de los principales quebraderos de cabeza de la Administración Tributaria, alcanzando una cuota de mercado del 14 por ciento y ocasionando una pérdida este año para las arcas públicas de unos 1.400 millones de euros.
La merma del contrabando
"Por cada punto que sube el contrabando, Hacienda deja de ingresar 100 millones de euros", dicen en la industria. La situación es especialmente preocupante en Andalucía, donde la tasa se eleva a más del 20 por ciento, y comienza a poner al borde de la desaparición a muchas expendedurías.
El dato objetivo es que la fuerte caída de las ventas no se corresponde, además, con la evolución del consumo, que se mantiene prácticamente estable en los últimos años, a pesar del endurecimiento de las advertencias sanitarias o de la prohibición de fumar en todos los lugares públicos.