
Meliá Hotels International soltará ladrillo para poder cumplir con la banca este año. El aumento de la deuda y la caída de las previsiones de EBITDA para 2012 han colocado a la cadena mallorquina en una posición un poco delicada para poder cumplir con los compromisos fijados por las entidades financieras -o covenants- este año.
Esta situación ha llevado a la multinacional que preside Gabriel Escarrer a tomar cartas en el asunto y anunciar un plan de desinversión que persigue reducir su deuda neta por debajo de los 900 millones de euros antes de que termine el ejercicio.
El objetivo para este año es vender activos por un mínimo de 100 millones de euros, informó la compañía a la CNMV. Un plan que podría extenderse hasta 2014 con un objetivo final de desinversión de 250 millones de euros, aseguran fuentes del mercado.
Ésta sería la segunda tanda de desinversiones que realizaría la compañía en menos de una año. En diciembre de 2011 llevó a cabo un sprint de ventas por 126 millones de euros para rebajar la deuda por debajo de los 1.000 millones de euros y mantener contenta a la banca.
La cadena cerró el primer trimestre del año con una deuda de 1.085 millones de euros, un 2% más que el mismo periodo del año pasado, debido a la finalización de los dos resorts Paradisus en México, mientras que para el conjunto del año el consenso de analistas de FacSet prevé un EBITDA (beneficio bruto de explotación) de 206 millones de euros, un 20% menos que hace un año y un 5% menos que el calculado hace seis meses, por el empeoramiento de la economía.
Con estas cifras, el ratio deuda neta ajustada/ebitda esperado para 2012 es de 4,44 veces, muy por encima de los 3,5 veces comprometidos por la compañía. El acuerdo al que llegó la cadena contempla que el ratio se calcule con la deuda neta ajustada por lo que a la deuda neta hay que restarle los 107 millones de euros que tiene la cadena en acciones preferentes y los 108 millones de autocartera. Así, Meliá tiene una deuda neta ajustada de 870 millones de euros, que deberá rebajar hasta los 670 millones en un año.
Valor de la cartera
Para lograr el objetivo de 900 millones de euros en 2012 la cadena va a vender hoteles por 100 millones de euros, una operación de la que espera obtener unas plusvalías de al menos 50 millones, lo que le permitirá alcanzar su objetivo de deuda sin problemas.
La compañía, que tiene el 27% de los 306 hoteles que opera en propiedad, posee activos valorados en 3.314 millones de euros y el precio medio de cada habitación es de 136.646 euros. Jones Lang LaSalle revisó el valor del portfolio de la cadena el año pasado y apenas lo rebajó un 14 por ciento con respecto a valor bruto que se le dio a los activos en 2007, el mejor año del turismo en España. Así, y siempre según el informe de la consultora, los inmuebles tienen una prima del 61 por ciento frente al valor registrado en libros.
Dentro de esta cartera hay hoteles que despiertan mucho interés en el mercado, por lo que, en principio, se espera que no tenga problemas para soltar ladrillo y sanear el balance de cara a los tres próximos años (2012, 2013, 2014) cuando tiene que afrontar vencimientos por 926,4 millones de euros, el 85 por ciento de su deuda neta actual, sin contar con las líneas de crédito. En cuanto a los vencimientos, la cadena asegura que no tiene ningún problema para afrontarlos ya que tiene una cómoda situación de liquidez y ya está trabajando en su refinanciación. En este sentido, la cadena aseguró que "nunca ha encontrado dificultades en la refinanciación de vencimientos de deuda o de los importes de sus créditos".
Crecer en gestión
El plan de desinversión se da la mano con la estrategia de expansión bajo intensivo en capital. La cadena no tiene prevista realizar ninguna inversión este año en crecer, ya que los 37 hoteles que tiene previsto incorporar se sumarán bajo contratos de gestión o alquiler. Esta estrategia, que acerca a la cadena mallorquina al modelo de empresa de Marriott o Accord, ha puesto sobre la mesa un plan para deshacerse de casi todo el ladrillo.
El principal objetivo de la cadena es potenciar su expansión internacional, que ya aporta el 80 por ciento del ebitda y que supone el 55 por ciento de su cartera. En lo que va de año, Meliá ha anunciado aperturas en Alemania e Italia. El último establecimiento que inauguró fue el Meliá Dubai , un hotel con el que la multinacional española pretende comenzar su expansión en los estados árabes del Golfo.