Cuando una economía se enfría, como le está sucediendo a Argentina, facilitar el emprendimiento para volver a estimularla resulta imprescindible. Sin embargo, al otro lado del charco, Cristina Fernández de Kirchner está más centrada en el discurso populista, la expropiación de YPF y el intervencionismo. ¿El principal problema? Sus actuaciones políticas contaminan a los países de América Latina que sí se esfuerzan por agilizar los trámites.
Para empezar, por la opacidad de sus datos. Por ejemplo, oficialmente, la inflación del país no supera el 10%. Sin embargo, las fuentes consultadas por este periódico la cifran por encima del 20%. Incluso el FMI ha instado al país a modificar sus parámetros a la hora de elaborar estadísticas.
De acuerdo con el informe Doing Business 2012: Haciendo negocios en un mundo más transparente, publicado de forma conjunta por el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional, Argentina ocupa la posición 113 en la clasificación de facilidad para hacer negocios. Si bien es cierto que ha ganado una posición con respecto al informe de 2011, también lo es que se sitúa en la parte baja de la tabla, pues el total de economías analizadas es 183. En este sentido, Rafael Pampillón, catedrático de Economía de la Universidad San Pablo CEU, ya vaticina una peor posición del país que preside Kirchner para 2013.
Estos datos repelen a los nuevos inversores, ya que los autores del informe advierten de que un entorno regulador menos favorable para las empresas implica una merma en la protección legal de los accionistas minoritarios. Precisamente en el apartado de protección a los inversores, Argentina se sitúa en el puesto 111. "Los tribunales de justicia argentinos son vulnerables a la corrupción y a la injerencia política, ineficientes y lentos", explica el profesor Rafael Pampillón.
En este sentido, el informe destaca que para resolver una disputa, desde que el demandante presenta la denuncia en el juzgado hasta el momento del pago pasan una media de 590 días. Por ello, el precio se eleva hasta el 16,5% de la cantidad demandada, pues hay que completar una media de 36 procedimientos.
Peor puesto tiene en la categoría de registro de propiedad, pues se sitúa en el 139, tras degradarse en 26 posiciones. Un lugar alcanzado por los 53 días que se tarda en registrar una propiedad en el país y que se traduce en un costo del 7% respecto al total del valor de la propiedad, frente al 5,9% del costo que asume el resto de América Latina y el Caribe.
En concreto, abrir un negocio en Argentina supone 26 días, debido a los 14 procedimientos que se deben completar, frente a los nueve que tiene que enfrentar un empresario que decida abrir un negocio en otro país de América Latina y el Caribe.
Las fuentes consultadas por elEconomista denuncian el exceso de aranceles del país para proteger sus productos. Lo cierto es que el precio asociado a los procedimientos necesarios para importar mercancía en Argentina asciende a 1.810 dólares, frente a los 1.546 dólares del resto de la región, y se pierden 16 días para importar productos.
En cuanto a la resolución de insolvencias para permitir la continuidad de las empresas viables, Argentina tarda de media de 2,8 años en solucionarlo.
En el pelotón populista
A estos datos hay que sumar la mala posición en el que el Índice de Libertad Económica 2012, elaborado por The Heritage Foundation, sitúa al país en el puesto 158 entre 185 naciones, lo que supone una pérdida de 3,7 puntos. En este sentido, el profesor Pampillón llama la atención sobre el descenso, pues ha protagonizado la tercera peor caída del ranking de este año. Y vaticina que, tras su decisión de expropiar YPF, el próximo año continuará su degradación porque "en 2012 ha seguido aumentando la invasión reguladora de empresas privadas, las expropiaciones, los gastos populistas y los controles de precios que distorsionan los mercados y socavan el crecimiento de la productividad", argumenta el catedrático. Por el momento, estas razones son las que han permitido a Kirchner situar al país en el pelotón de naciones como Venezuela, Irán, Cuba, Corea del Norte, Ecuador y Zimbabue, Irán o Chad entre otros.
Lo cierto es que los expertos consultados por este diario han alertado sobre las relaciones de la presidenta argentina, quien ha procurado acercarse a las naciones populistas de la región, como Bolivia, Cuba y Venezuela. Precisamente, éste último es uno de los países que, según el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional que ha ido en dirección opuesta a la reducción de obstáculos a la apertura, gestión y cierre de una empresa y al fortalecimiento de la propiedad y los derechos de los inversores.
Alto riesgo político
Por otro lado, el Mapa de Riesgo Político que cada año elabora Aon, en el que se analiza los riesgos políticos de 167 países y territorios para valorar sus contingencias y determinar el posible impacto de las mismas en la supervivencia, crecimiento y resultados de las empresas. Este mapa otorga a Argentina un rango alto de riesgo político, al igual que Bolivia y sólo un escalón por debajo de Venezuela -cuyo riesgo político ha sido calificado en esta edición de muy alto-.
Argentina aglutina cinco riesgos, de un máximo de seis. En concreto, suma el peligro de transferencia de divisas, es decir, el peligro de no poder pagar en la moneda establecida por contrato por imposición de controles sobre la divisa local; impago de deuda soberana -en lo que precisamente Argentina ya tiene antecedentes-; interferencia política, como la expropiación de YPF; riesgo de interrupción en el flujo de bienes y/o servicios dentro o fuera del país debido a la inestabilidad política, social, económica o ambiental. El país de Fernández de Kirchner ha conseguido incluso incorporar el peligro de vulnerar la cadena de suministro, uno de los menos comunes, ya que sólo lo han incorporado 61 países en la última edición del mapa. Por último, Argentina también tiene riesgo legal y regulatorio. En total, acumula cinco de los seis peligros. Todo un repelente para el inversor que busque diversificar en una región emergente como es América Latina y el Caribe.