Santander, 6 jul (EFECOM).- El campo se vio castigado el año pasado por una conjunción de circunstancias desfavorables como una sequía prolongada, las heladas, la caída de los precios de sus productos o el encarecimiento del gasóleo que hicieron caer la renta agraria un 12 por ciento y convirtieron 2005 en "un año para olvidar".
"Ha sido un año típico para olvidar", "uno de los peores que recordamos por una serie de condiciones climáticas que acabaron afectando a los mercados", reconoció hoy en Santander el secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio, Josep Puxeu, en la presentación del "Anuario agrario" que cada ejercicio publica la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG).
El anuario de COAG, que en este punto utiliza datos oficiales del Ministerio de Agricultura, lo corrobora y muestra que en 2005 la reta agraria total de España bajó a 13.694 millones de euros, un 12,6 por ciento menos que la cifra del ejercicio precedente, cuando se situaba en 15.665 millones. En paralelo, la renta por ocupado cayó un 10,26 por ciento, hasta quedar en 13.884 euros.
En términos reales (descontando el efecto de la inflación), la renta agraria de 2005 está por debajo de la de 1990, subraya COAG.
En declaraciones a los periodistas, Josep Puxeu explicó que 2005 fue un año de "muy bajas producciones", cuyo valor total en el conjunto del sector agropecuario rondó los 43.000 millones de euros.
"Las ayudas europeas y los seguros agrarios fueron los factores claves para mantener la actividad y para que la caída de las rentas no fuese espectacular en 2005", apuntó este representante de MAPA.
Para el secretario general de COAG, Miguel López Sierra, lo más preocupante del 2005 es la reforma de la Política Agraria Común (PAC) de la UE, de la que puede derivarse una nueva reconversión "brutal" que pende "como una espada de Damocles" sobre el sector.
López Sierra se refirió en concreto a lo que el sector llama "desacoplamiento de las ayudas", el cambio de orientación por el que las subvenciones dejarán de estar vinculadas a la producción.
"Es el principio del fin. Empezar a desacoplar las ayudas es hacer que perdamos la legitimidad frente a la sociedad. Es despreciarnos como productores de materia prima y olvidarse de que los agricultores y ganaderos estamos al principio de la cadena, porque hay algunos que se piensan que el pollo se hace en el Carrefour", advirtió el secretario general de COAG.
López Sierra indicó que frente al modelo liberalizador que propugna la Organización Mundial del Comercio, COAG cree en un modelo social de la agricultura y en las "políticas activas que tienen que desarrollar los Estados" para mantener el mundo rural y cumplir con los compromisos ambientales y de seguridad alimentaria.
El secretario general de Agricultura indicó que el Ministerio comparte algunas de las preocupaciones de COAG y cree que hay que trabajar para que no haya "una revisión continuada de la PAC".
"Es cierto que las producciones tanto agrícolas como ganaderas van a ir orientadas hacia los mercados en el próximo futuro. Pero ese nivel de ingresos, esos 4.500 ó 4.600 millones de euros del primer pilar del antiguo FEOGA Garantía deben seguir fluyendo hacia el agricultor, aunque cada vez más hacia un agricultor más profesional y comprometido con el territorio", argumentó.
Puxeu también consideró importante hacer ver a los ciudadanos, en su doble condición de "consumidores y contribuyentes", que hay que "seguir apoyando" un sector agropecuario "que no sólo es producción, sino que también es paisaje, territorio y empleo en zonas donde otro tipo de alternativas económicas son difíciles". EFECOM
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