
En un momento convulso para el sector eléctrico, el presidente de Unesa, Eduardo Montes, explica a elEconomista los entresijos de los ajustes aprobados y las perspectivas de la reforma que está por llegar. A su juicio, las claves son reconocer el respaldo de los ciclos combinados, cambiar la forma de retribuir las renovables y fijar tarifas que cubran los costes con el fin de parar la bola de nieve en la que se ha convertido el déficit eléctrico. No obstante rechaza una auditoría de costes al sector.
¿Cómo valora los cambios que ha introducido el Gobierno en los diferentes sectores?
La situación es complicada. El Gobierno ha emprendido reformas muy valientes. Cuanto antes den resultado, mejor, pero lo cierto es que ya están ahí y van a variar muchísimo la situación española. El sistema eléctrico es uno de los sectores más importantes del país, primero porque es un servicio básico, además hay compañías muy importantes involucradas y el sistema tiene una deuda que hay que intentar que no se siga generando.
¿Cómo afecta a las compañías la existencia de un déficit de tarifa de más de 27.000 millones?
El hecho de que haya déficit en cualquier servicio es muy negativo. Esto ha derivado de una situación extraña en la que lo que se cobra no paga lo que cuesta y eso no paga en ningún otro servicio. Supongo que cuando alguien alquila un coche o compra un billete de avión paga lo que cuesta. Por eso creo que es muy importante que la reforma vaya dedicada a que no haya déficit.
¿Cuáles son los principales cambios que hay que abarcar?
Lo primero es plantearse qué modelo energético queremos. Uno tiene que ser coherente y si queremos un mundo idílico sin CO2 y con molinos de viento está muy bien, pero hay que pagarlo. En mi casa, cuando ha habido menos posibilidades económicas, he tenido que prescindir de cosas. Ahora hay muchas familias españolas que están en esa situación. Lo que no se puede pedir es un modelo verde y a la vez que no suban los precios. Y con eso no quiero decir que tenga que haber incrementos de tarifa, sino que en el momento actual hay que plantearse lo que podemos pagar.
¿Entonces cree que habría que cambiar los retos medioambientales?
Lo primero es que hay que ser razonables y cambiar la forma de retribuir las renovables porque se les tiene que pagar igual que al resto de costes regulados, no con una rentabilidad asegurada durante los próximos 25 años. Además, no asumen ningún riesgo empresarial.
¿Continúa el choque frontal entre las eléctricas tradicionales y las renovables?
Quiero matizar lo de tradicionales, porque el mayor parque de renovables está dentro de Unesa. No tengo ningún problema con esta tecnología. El mix tiene que estar equilibrado, pero también tiene que haber unas reglas de juego. Si que- remos integrar renovables es necesaria una red de distribución con redes inteligentes, un parque de respaldo bien montado y también tenemos que poder permitirnos el coste de estas energías.
¿Qué opinión le merece los recortes a los pagos de capacidad de los ciclos de gas?
Es un tema importante. Si queremos que la integración de las renovables sea tan positiva como está siendo, es fundamental que cuando no haya viento ni sol exista una central de respaldo, como los ciclos de gas. Sin embargo, sólo están funcionando a la mitad de horas, al quedar reducido su papel a responder cuando no lo hagan las renovables, mientras que se les exigen que estén disponibles en cualquier momento. Y eso hay que pagarlo.
¿Los cambios que están por llegar, se articularán a través de una Ley o serviría con retoques?
Eso se me escapa. Soy ingeniero y lo que tiene que pasar para que haya un cambio legislativo se me hace un poco ajeno. Lo que sí creo es que requiere una reforma, en algunos casos, de concepto. Ya ha habido un ajuste importante en determinados aspectos de los costes regulados, como son la distribución, transporte, pagos por capacidad, etc. Confío en el Gobierno, hay un paquete muy importante que son las primas a las renovables, que ascienden a más de 6.000 millones anuales. La pregunta es si el país se lo puede permitir.
¿Se va a ver afectada la calidad del servicio por los recortes adoptados?
Por supuesto que no va a afectar a la calidad del servicio, para eso estamos. Pero sí que es verdad que ha representado un perjuicio económico muy serio. La energía eléctrica del pool español es la más barata de los países de nuestro entorno. Además, la distribución, antes de los recortes, estaba ya entre las más bajas de Europa. Y esto hace que los resultados de las eléctricas se resientan.
¿Cómo ha redundado en las eléctricas la subida tarifaria del 7 por ciento?
Suba lo que suba la tarifa, las eléctricas nos llevamos cero, incluso si el incremento es del 50 por ciento. La razón es que el precio de nuestro servicio se fija en la subasta y en la última revisión el término de energía bajó, con lo que para nosotros los ingresos han disminuido.
¿Habría que hacer una auditoría de los costes como piden las renovables?
He trabajado en muchos sectores y a nadie jamás se le ha ocurrido preguntarme cuáles son mis costes, que me pagarán en función de ellos. Además, las eléctricas tienen sus cuentan auditadas anualmente por firmas de prestigio.