Vender activos y reducir tamaño son dos condiciones que desde la Unión Europea se exige a las entidades que reciben ayudas públicas. Éste probablemente sea el caso de BFA-Bankia si finalmente el Gobierno aprueba una inyección de recursos para sanear este grupo el viernes.
De ahí que las dudas sobre la cartera de participaciones industriales de la entidad se hayan disparado en las últimas horas en los mercados, ante la posibilidad de que algunas de ellas vayan a ser desinvertidas en los próximos meses con un objetivo claro: poder conseguir plusvalías con las que devolver las ayudas y reforzar su capital.
Entre las participadas más importantes se encuentran Global Vía infraestructuras, con una participación en Bankia del 26,2%; la inmobiliaria Realia, con un 14,49%; Deoleo, que cuenta con un 9,63%; Iberdrola, con un 3,7%; Mapfre, con un 14,99% o NH Hoteles, cuya participación asciende al 9,22%.
Pero la venta por parte de Bankia de las participaciones de Iberdrola y Mapfre parecen opciones poco probables para la entidad, según la opinión de algunos expertos.
Por un lado, deshacerse de las participaciones de la primera no sería una decisión estratégica para Bankia por la importancia de los dividendos que obtiene, que sustenta parte de la cuenta de resultados de la entidad y, en el caso de la segunda, podría supone una ruptura de la alianza tan importante entre ambas en el segmento de seguros. Además, en este caso, hay cruces accionariales entre ambas.
En el foco está, sobre todo, IAG. Ayer los rumores del mercado desplomaron su cotización. Fue uno de los valores que peor se comportó del selectivo con un desplome del 6,7%. También se encuentran Indra, Mecalux y NH Hoteles.
Impuesto por Bruselas
El plan de reestructuración que exige Bruselas para autorizar la inyección de fondos del Estado, según los expertos, pasa por que se deshaga, principalmente, de las empresas cotizadas en las que participa, ya que la entidad ha realizado un ajuste de plantilla, concretamente de 4.000 empleados, lo que ha supuesto el 25% del total de la plantilla más el cierre adicional de 800 sucursales, lo que da poco margen de maniobra para ahorrar costes y mejorar sus beneficios.
Las posibilidades de ajuste de Bankia, por tanto, se quedan limitadas a dos opciones principales: por un lado, la posible venta de líneas de negocio -alternativa que el sector ve con buenos ojos para aumentar así su cuota de mercado- u otra posibilidad, que podría ser complementaria a las anteriores y pasaría por la venta de algunas de sus participadas. En total cuenta con 5.000 millones de euros aproximadamente en industriales, de las cuales, las más atractivas para los inversores son las cotizadas.