PARÍS (Reuters) - El presidente conservador Nicolas Sarkozy hizo el viernes un apasionado llamamiento final a los votantes, diciendo que la victoria socialista podría dejar a Francia en una espiral como la griega, mientras las encuestas le mostraron acortando la ventaja que le saca su rival a solo dos días de la segunda vuelta de las elecciones.
Las últimas encuestas de opinión dan una ventaja de tan solo cuatro puntos al candidato socialista al Elíseo François Hollande. Pero Sarkozy tiene por delante una dura batalla después de la brillante actuación de su rival en el debate cara a cara televisado del miércoles y de que los candidatos de centro y ultraderecha se negasen a respaldar al impopular presidente.
El centrista François Bayrou apareció el jueves para dar la puntilla a Sarkozy declarando que votaría por Hollande y acusó al líder conservador de complacer a la xenófoba ultraderecha y de estar obsesionado con la inmigración.
Por su parte, la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, que obtuvo el 1799 por ciento de los votos en la primera ronda del 22 de abril, se había negado horas antes a respaldar a Sarkozy y dijo que votaría en blanco.
En su último acto de campaña en la localidad costera de Les Sables d'Olonne, Sarkozy dijo a sus partidario que aún podían lograr un sensacional cambio el domingo. Si no lo consigue, será el primer presidente en fracasar en su reelección desde Valery Giscard d'Estaing en 1981.
"El domingo, el resultado estará al filo de la navaja", dijo Sarkozy arremetiendo contra quienes criticaron su giro hacia la ultraderecha.
"Los franceses nunca han estado tan heridos, perseguidos y manipulados como en las últimas semanas... La mayoría silenciosa no debería tener que soportar los insultos, la intolerancia y la falta de respeto", añadió.
Mientras, Hollande pasó su último día de campaña en la región noroeste de Moselle, uno de los bastiones del Frente Nacional. "No quiero una Francia dividida por las religiones, que no confía en sí misma", dijo a las masas.
Una encuesta de opinión presentada por Ifop-Fiducial el viernes sugirió que Sarkozy había recortado la ventaja de Hollande a solo cuatro puntos porcentuales, el margen más estrecho hasta la fecha.
"Cada voto va a contar", dijo el presidente a la televisión France 3 llamando a la participación masiva. "Amo a mi país y no quiero ver como le pasa lo mismo que a Grecia. No quiero gasto, déficit, deuda creciente y riesgo".
La perspectiva de una victoria de Hollande - que se ha comprometido a elevar los impuestos a las grandes empresas y a los ricos y a formar una unidad con Alemania inspirada por la austeridad en Europa - había alarmado inicialmente a algunos inversores. Sería el primer jefe de Estado socialista desde que François Mitterrand dejase el cargo en 1995.
Sin embargo, el rendimiento de los bonos franceses a 10 años cayó el viernes por debajo del 2,9 por ciento - su nivel más bajo desde octubre - sugiriendo que no hay pánico a Hollande, que ha hecho hincapié en que, si sale elegido, su objetivo será aprobar de inmediato leyes que permitan equilibrar el presupuesto para el año 2017.
A pesar de su ventaja, Hollande dijo a sus partidarios que no se confiasen, instando como su rival a una participación masiva que le daría a los socialistas el impulso necesario para ganar las elecciones parlamentarias de junio.
"Quiero una gran victoria", dijo a la radio RTL. "Los franceses deben dar al ganador los medios para actuar. No dejar a un vencedor cojeando, que tendrá problemas desde el día después de la votación."
La segunda vuelta coincide con las elecciones parlamentarias en Grecia, donde los votantes se disponen a castigar a los principales partidos por la aplicación de la austeridad impuesta por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, y llegan una semana antes de una importante elección regional alemana en la que la canciller Angela Merkel puede sufrir el rechazo a medio plazo a su estrictas políticas de austeridad.