
Algunas de las principales compañías españolas con presencia en Argentina están siendo castigadas por la política intervencionista de Cristina Fernández de Kirchner. Multinacionales como Endesa, Gas Natural o Agbar pueden ver en riesgo sus balances si no se actualizan las tarifas de los diferentes servicios, que llevan congeladas una década como consecuencia de la Ley de Emergencia Nacional promulgada tras la crisis del corralito en 2001.
En concreto, la filial de Endesa (ELE.MC) (Edenor) y la de EDF (Edesur) han lanzado un ultimátum al Gobierno para que incremente las tarifas para poder seguir operando en el país en los mismos términos y por la amenaza de entrar en pérdidas si no aumentan sus ingresos en los próximos meses, ya sea por mejoras en las tarifas o mediante algún tipo de incentivo que ofrezca el Estado.
El mismo caso sucede con Aguas Argentina (filial de Agbar) y con Gas Natural Ban (Gas Natural Fenosa) quienes desde hace años libran un duro pulso con la política de precios argentina. Estas compañías quieren desbloquear una situación que amenaza a con llevar a estos grupos fuera del país. En alguna ocasión, la matriz de Agbar (GDF Suez) ha advertido de la posibilidad de que la empresa abandone este mercado por la demora en la negociación.
Por su parte, Gas Natural (GAS.MC) renegoció su contrato en 2005 y obtuvo un incremento tarifario de un 10 por ciento en la factura, que se comenzó a aplicar en el año 2007. Asimismo, dicha renegociación establecía la realización de una revisión tarifaria integral, que se está llevando a cabo desde entonces, pero sobre la que aún no hay nada encima de la mesa.
Todas estas empresas resaltan la relación fluida con el Ejecutivo andino, pero lamentan que no se abra ningún cauce para acabar con esta situación, algo que parece cada vez más lejano tras la expropiación de YPF a Repsol (REP.MC). De momento, las advertencias del Fondo Monetario Internacional de revertir este sistema no han surtido efecto y el problema se acrecienta ante la negativa de aplicar alzas y mantener los subsidios. Los expertos empiezan a avisar ya de un segundo default o corralito debido a las decisiones de Kirchner como el proyecto de ley para poner disponer de todas las reservas del Banco Central argentino, a través de una norma que suprime la ley de Convertibilidad que obliga a respaldar con dólares la oferta monetaria en pesos.