El banco francés registró en el primer trimestre un beneficio neto de 732 millones de euros, lo que supone un descenso del 20% con respecto al mismo periodo del año anterior. Aún así, han superado las expectativas de los analistas, que esperaban unas ganancias de 587 millones de euros.
Según ha explicado, este descenso se debe a los menores ingresos procedentes de la división de banca de inversión y a las pérdidas en la venta de activos. En conjunto, los ingresos cayeron un 5% hasta 6.310 millones de euros, desde los 6.620 millones facturados en el primer trimestre de 2011.
En concreto, la unidad de banca de inversión ganó el 41% menos, hasta 351 millones de euros desde los 591 millones de un año antes. Sin embargo, la división, que planea un recorte de plantilla de 1.580 empleados en todo el mundo, ha logrado regresar a beneficios tras las pérdidas del cuarto trimestre.
En cuanto a la partida destinada a provisionar el riesgo de crédito, aumentó un 2,7%, hasta 902 millones de euros.
El consejero delegado de la entidad, Frederic Oudea, mostró su satisfacción con los resultados cosechados por el banco y destacó que "los resultados del primer trimestre del año y las perspectivas de los dos próximos años evidencian la capacidad de cumplir los requisitos de Basilea III a finales de 2013 sin ampliar capital".
"Nuestra prioridad sigue siendo la gestión rigurosa del riesgo, la reducción de nuestra necesidad de liquidez y el refuerzo del capital", señaló.