Empresas y finanzas

Un tercio de las líneas de larga distancia de Renfe no llegan a 250 clientes al día

  • La media de ocupación de las grandes rutas no llega al 60%

El Ministerio de Fomento no sólo tiene un serio problema con las líneas de media distancia de Renfe Operadora que no son rentables y que están siendo auditadas exhaustivamente en la actualidad. Al menos, 15 rutas de larga distancia de la compañía, un tercio del total, transportan menos de 250 pasajeros al día y, en bastantes casos, mantienen por lo menos cuatro frecuencias diarias (dos de ida y dos de vuelta).

Un derroche que no se pueden permitir las ya de por sí maltrechas cuentas de la empresa pública. Según datos que publica Ferropedia (Renfe Operadora no hace públicas las cifras de líneas concretas, excepto las grandes rutas de alta velocidad) y tomando como referencia un día laborable como el próximo 10 de mayo para ver el número de frecuencias, existen casos como la ruta entre Madrid-Gijón, que registraron en 2011 un número de pasajeros mínimo: 95.384 clientes.

Demanda para un autobús

Pese a que ello significa que la media diaria es de 261,32 pasajeros que transitan entre la capital española y la ciudad ovetense, Renfe Operadora sigue manteniendo cuatro frecuencias cada día, lo que significa trasladar 65 personas por tren: poco más que el servicio que realiza un autobús de línea regular.

Y es que las cifras en este terreno son bastante preocupantes a tenor del Observatorio sobre el Ferrocarril en España, un detallado informe que todos los años publica la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE). Los datos del último documento se hicieron públicos el pasado mes de febrero y se refieren al ejercicio 2010. En ese año, la capacidad media de cada tren fue de 297 plazas, pero la ocupación media alcanzó sólo los 177,44 pasajeros. Esto significa que la ocupación de los convoyes no llega ni al 60% (59,64%).

Pese a la ineficiencia, es evidente que toda la culpa no la tiene Renfe Operadora, que sabe el peso político que supone eliminar estas rutas para el Ministerio de Fomento. De hecho, ha ido aumentado los ratios de eficiencia de la ocupación media de los trenes en las últimas décadas, ya que en el año 1993 no llegaban ni al 49,4%: más de la mitad de los trenes vacíos.

Algo parecido ocurre con algunas rutas concretas como es el caso del Madrid-Gandía. El pasado ejercicio sólo registró 5.481 pasajeros. Aunque la línea sólo estuvo operativa siete meses (de febrero a agosto), los datos son, como mínimo, ridículos. La solución que ha puesto en marcha la compañía presidida por Julio Gómez-Pomar para este verano es que sólo estará operativa en julio y agosto, los meses de más afluencia de público.

Con estos datos en la mano y con las desastrosas cifras del negocio de media distancia que está analizando con lupa la consultora pública Ineco, el Ministerio de Fomento baraja eliminar las rutas de larga distancia que no son rentables, al igual que prevé hacerlo con los itinerarios de medio alcance que registran tráficos de pasajeros ridículos, y sustituirlas por nuevas concesiones de autobús.

En este apartado existen muchos ejemplos, pero el caso más preocupante en el negocio de media distancia es la línea entre Madrid-Burgos que pasa por Aranda. Se llegó a hablar de una media de 0,7 pasajeros por día, aunque nunca se han confirmado oficialmente estas cifras. Lo cierto es que a comienzos de abril, con buen criterio, Renfe decidió suprimir este servicio.

El AVE tampoco cumple

Pero el problema no es sólo en media distancia y largo recorrido. También existen pequeños tramos como el Orense-Santiago-Coruña (que circulan por la línea de alta velocidad del futuro AVE a Galicia) que no registran más de 17.500 viajeros, una cifra que supone sólo un millar de clientes más que cuando esta infraestructura era cubierta por un tren de media distancia. Desde que se puso en marcha el Avant de Renfe Operadora el 11 de diciembre de 2011, los trayectos apenas llevaban una treinta de pasajeros, lo que representa una ocupación media del 15%.

Pero tampoco se salvan de las preocupaciones de Renfe algunas líneas de alta velocidad que no están cumpliendo las previsiones que se realizaron en un primer momento, pese a presentar ya cifras millonarias de viajeros. Es el caso de la línea de AVE entre Madrid y Valencia, que en su primer año de funcionamiento registró dos millones de pasajeros, un millón menos que las previsiones iniciales.

El problema es que esta infraestructura le ha costado a todos los españoles más de 12.400 millones. Algo parecido podría ocurrir con el AVE a Galicia cuando entre en funcionamiento. Los diferentes estudios de demanda aseguran que la oferta actual no daría para dos o tres frecuencias diarias. Un fracaso tras invertir Fomento más de 25.000 millones.

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