El 15 de mayo de 1962 se fundó en la localidad riojana de San Vicente de la Sonsierra, en las estribaciones de los montes de Cantabria, Bodegas Sonsierra. 229 socios, de los cuales 195 eran viticultores, comenzaron esta andadura que pronto cumplirá su 50 aniversario. Con un total de 160 socios en la actualidad, la cooperativa cuenta con una superficie de 570 hectáreas de viñedo propio. Su presidente, Félix Mato, habla con pasión del vino, defendiendo una adaptación del sector a los actuales momentos de crisis económica y fuerte parón del consumo.
¿Cuál es la producción actual de Bodegas Sonsierra?
Alcanzamos una producción de un millón quinientas mil botellas. Y estamos presenten en diez países de todo el mundo. A EEUU, México, Puerto Rico, Brasil, Canadá, Japón, Suiza, Alemania, Bélgica y Reino Unido llegan el 30 por ciento de nuestros vinos. El 70 por ciento restante abastece a nuestro mercado nacional. Aunque las ventas se reparten al final a partes iguales.
¿Cómo está afectando la crisis económica al sector vitivinícola?
Nosotros dependemos mucho de la producción del vino. Pero aún así, está claro que la crisis es general y que nos afecta a todos. Bodegas Sonsierra está respondiendo apostando por nuevos proyectos y con un nivel de calidad-precio óptimo.
¿Han caído mucho los precios del vino en los últimos años?
Sí, en efecto. El precio del vino se ha podido caer en los últimos cinco años, a raíz sobre todo de la crisis, entre un 25 y un 30 por ciento aproximadamente. Ha habido, como digo, que adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado. Ahora más que nunca, tenemos que competir en calidad y en precio.
Sin embargo, en muchos restaurantes el vino sigue teniendo márgenes muy altos. Y en los mercados internacionales el precio está muy por encima de los vinos de Argentina, Chile o Sudáfrica, entre otros casos.
Es verdad, y para sobrevivir en muchas ocasiones es necesario bajar los precios. Éste ha sido un sector terriblemente especulativo. No es lógico que se venda en un hipermercado vino con denominación de origen a un euro la botella porque con eso no se pagan por supuesto ni los costes, pero tampoco se puede seguir vendiendo vino con márgenes del 400 por ciento, como ocurre a veces en la hostelería. En mi opinión, eso es un error. La hostelería también debe adaptarse y tener unos márgenes óptimos.
¿Qué más se puede hacer en su opinión para frenar la caída del consumo de vino?
Hay que adaptarse en todo lo necesario: en precios, en producción, en las normativas que regulan el mercado. En mi opinión, las denominaciones de origen, como La Rioja, deben ser más flexibles, sobre todo en lo que respecta a los rendimientos y la producción, como ocurre ya por ejemplo en otras regiones vitivinícolas, como Burdeos (Francia).
Ustedes han sido muy innovadores, encargando la imagen por ejemplo de las botellas al diseñador David Delfín...
Sí, diseñamos por ejemplo una botella como si fuera la de un jarabe curativo, la caja en la que se presentaba se asimila a la de una medicina, y el prospecto de las instrucciones de uso es una ficha técnica de cata con algunos consejos del diseñador para disfrutar al máximo del vino.
¿Qué opinión le merece la creación de una denominación genérica 'Vinos de España'?
Eso es un completo disparate. No se puede igualarnos a todos y establecer una categoría única porque no todos los vinos son iguales. Hay que defender la calidad por encima de todo para poder competir en los mercados internacionales.