La compañía nipona registró en su ejercicio fiscal 2011-1012, que finalizó el pasado 31 de marzo, unas pérdidas netas de 43.200 millones de yenes (unos 533 millones de dólares), frente a las ganancias de 77.620 millones de yenes del año anterior. El resultado supera las expectativas de los analistas consultados por Thomson Reuters, que de media esperaban unos números rojos de 41.400 millones de yenes.
Según ha informado Nintendo, se trata de sus primeras pérdidas anuales en más tres décadas y son consecuencia principalmente de la bajada de precios de la 3DS y la Wii, así como por la fortaleza del yen.
Así, en su año fiscal ingresó un 36% menos, hasta los 647.650 millones de yenes (cerca de 8.000 millones de dólares), lo que se queda por debajo de las previsiones de la compañía, que había adelantado una facturación de 660.000 millones de yenes. Las pérdidas operativas ascendieron a 37.320 millones.
Las ventas de la 3DS se situaron en 13,53 millones de unidades, una cifra que espera elevar hasta los 18,5 millones en el ejercicio fiscal que comenzó el 1 de abril. Las ventas de la 3DS cayeron poco después de su estreno, lo que obligó a Nintendo a reducir el precio un 30% en menos de seis meses y a empezar a asumir pérdidas por cada dispositivo.
Parte de la estrategia con la que espera contrarrestar esta situación es el lanzamiento de la Wii U, sucesora de la Wii. Esta nueva consola se comercializará a finales de año en Japón, Estados Unidos, Australia y Europa, después de mostrar una versión final en la feria de juegos E3 en Los Ángeles en junio.
Nintendo ofrecerá contenido descargable
