¿Por qué conformarse con comprar una casa si puede comprar la aldea entera? "Conjunto rural en el sureste de Lugo con cinco edificaciones y finca de 2.227 metros cuadrados, oportunidad, 55.000 euros" o "Conjunto rural a 1 kilómetro del Monasterio de Oseira, Camino de Santiago, sólo 30.000, a reformar". Es lo que tiene la crisis, bajadas de precios que hacen que hoy sea posible ser propietario de un pueblo completo cuando antes, por el mismo dinero, no se podía aspirar ni a un apartamento.
El catálogo es muy amplio, tanto que desde el recién creado portal Aldeasabandonadas.com no dan abasto para atender las llamadas, muchas de ellas procedente del extranjero. Sin ir más lejos, su director, Rafael Canales, acaba de ser entrevistado para la televisión búlgara. Suecos, ingleses, alemanes, holandeses... y hasta desde las Antillas o desde Nueva Zelanda. Todos tienen interés en comprarse un pueblo español. Pero, ¿es posible?
"Sí", reconoce su director. La vuelta a los pueblos, la necesidad de recuperar los orígenes, el estrés de cada día, el paro en las ciudades y las posibilidades del teletrabajo han hecho el resto. "Era la pata que le faltaba al sector inmobiliario", más centrado en el turismo de sol y playa y con menos oferta rural.
Avalancha de llamadas
Hace 14 años, Canales tomó la decisión de dejar Cataluña y ruralizarse en una aldea gallega. La experiencia fue tan positiva que decidió vender esta idea aprovechando su trabajo como asesor financiero y broker. Era una manera de diversificar el producto y buscar nuevas inversiones para sus clientes.
Primero fue un blog y hace cinco años una web que hoy está desbordada por las visitas. No dan abasto con los mensajes y llamadas y personas que quieren saber y cambiar de estilo de vida. Pueblos, mansiones, casas señoriales, bodegas... "Tenemos 800 propiedades singulares. Empezamos con una gestión y ahora estamos desbordados, desbordados...".
La empresa, que tiene 20 empleados, cuenta con propiedades sobre todo en Galicia y Asturias, donde son más baratas y necesitan, por lo general, de reformas. En Cataluña los precios se disparan hasta los casi dos millones de euros ya que las fincas en venta incluyen incluso iglesias románicas. También es posible encontrar un pueblo en Extremadura o en Canarias. El catálogo es amplio y sólo hace falta participar de esta filosofía de regreso al pueblo, a las huertas y la vida sana.
La crisis aprieta y muchos propietarios necesitan efectivo. En ese sentido, según Rafael Canales, la mayoría de estos pueblos (el 95%) son privados y sus vecinos, por lo general familias y antiguos herederos, se ponen de acuerdo para deshacerse de manera conjunta del pueblo con sus casas, sus calles y sus tierras comunales. "También algunos ayuntamientos en apuros económicos han puesto a la venta pueblos", reconoce el responsable de Aldeasabandonadas.com.
La cara menos favorable de la crisis es la financiación. "La banca ha cerrado el grifo y sólo los extranjeros tienen dinero en efectivo". Un inglés en el Camino de Santiago, fondos de capital extranjero en busca de pueblos destinados al turismo rural, periodistas y abogados que hacen su trabajo desde la distancia.
"Hay casas por 15.000 euros de piedra que te quedas de piedra", dice Canales emocionado con un catálogo que no ha hecho sino empezar. Sólo en Galicia se calcula que hay más de 1.400 aldeas abandonadas. En su escaparate, "de momento" ya hay 30. La noticia se ha corrido como la pólvora y todos quieren estar en él.
El viaje por la web es toda una aventura. Canales destaca alguna de las ofertas. Si su presupuesto es bajo, por 16.000 euros puede comprar en Asturias dos casas a reformar, cerca de las playas de Vegadeo. Por un poco más, 26.000 euros, se puede comprar una aldea en Castro de Carballedo (Lugo).
Para los que piensan en turismo rural, la opción de una aldea en el Valle del Jerte (Cáceres) se antoja interesante. Por el pago de 1.300.00 puede ser propietario de cinco edificios y una superficie de 26.000 metros cuadrados. Si lo que tiene es un capricho, y dinero, por 1.300.000 euros se puede comprar un castillo del siglo XV ideal para un hotel con encanto, cerca de Besalú (Gerona). Para los que prefieren el sur, un cortijo en Córdoba cuesta 3 millones de euros.