Empresas y finanzas

Poca industria y mucha sociedad

Ángel Alonso

Madrid, 3 mar (EFECOM).- Los programas de los partidos políticos en propuestas relativas al automóvil se detienen mucho más en la vertiente social y sociológica que en la propiamente industrial, pese a que las reivindicaciones del sector han hecho mucho hincapié en este último apartado.

Ninguno de los partidos políticos se pronuncia por modificaciones fiscales importantes, a lo más el PP, que aboga por un tratamiento del IVA uniforme con el resto de países de la UE, lo que implica una reducción, o que se elimine de la adquisición de los elementos de seguridad que equipan los coches.

Otra iniciativa de los populares se centra en una mayor vinculación del importe del Impuesto de Circulación a las emisiones de CO2 y uniformar, de paso, la dispersión de factores que aplica cada ayuntamiento en la valoración de esta tasa.

La reciente modificación del Impuesto de Matriculación a abonar más en concepto de control de emisiones, que como recaudación de compra, puede ser una de las propuestas adelantadas del PSOE.

El principal partido de la oposición, sin embargo, sí ha sido receptivo al clamor del sector en cuanto a mantenimiento o nuevas figuras del Plan Prever, una iniciativa que el Gobierno del PSOE eliminó a primeros de año, tras haberla modificado en el ejercicio del 2007 limitando sus beneficiarios.

En los programas electorales apenas hay alusiones a reivindicaciones sectoriales más modernas como la logística, que ya supone un 10% del total de costes de producción, superando los de personal (8%) con una especial incidencia sobre articulación y modulación de las infraestructuras del transporte.

No existen tampoco precisiones sobre las quejas de la industria acerca del absentismo laboral que se disparó en 2007 con siete horas perdidas por cada cien trabajadas, una proporción preocupante y que contrasta con el 4% de Francia.

Sobre el control de emisiones de CO2 y la implicación que debe tener la industria en este apartado no hay tampoco concreciones y los dos partidos mayoritarios se limitan a esperar qué modalidad de consumo se impone, aunque en un ámbito más general, sí hay propuestas sobre energías alternativas.

Ya en relación con las cuestiones de más calado social, la seguridad vial, con las profundas reformas acometidas en la legislatura a punto de concluir (carné por puntos y sucesivas reformas del Código Penal endureciendo las penas contra conductas imprudentes) parece que se cubren objetivos.

De destacarse alguna propuesta, los populares abogan por la idea adelantada de CiU de elevar el rango administrativo de la actual Dirección General de Tráfico, convirtiéndola en una secretaría de Estado que, por su organigrama interministerial, dependiera directamente de la Presidencia del Gobierno. El PP profundiza en este apartado con la promesa de la creación de una agencia estatal de seguridad vial.

No ha faltado una propuesta chocante como la de IU, en el sentido de que el importe de las multas de tráfico sean en relación directamente proporcional a las rentas del sancionado.

La movilidad es uno de los puntos fuertes. Coincidencia entre partidos es la necesidad de reducir la dependencia del transporte por carretera y apostar por una mayor modularidad entre los distintos sistemas.

En este punto, hay una apuesta clara del PSOE por potenciar el sistema de transporte ferroviario, cuyo máximo emblema es la alta velocidad que representa el modelo AVE, y que ya, como anticipo, en los últimos años ha sido la partida mimada en las inversiones de infraestructuras. También hay sensibilidad hacia el mayor protagonismo del transporte marítimo con las llamadas autopistas del mar.

Los tres principales partidos nacionales, aunque con IU en un plano más radical, abundan en la necesidad de limitar el tráfico en los centros de los grandes núcleos urbanos y, por tanto, potenciar el transporte público o medios de transporte limpios como la bicicleta.

En esa tesitura de la limpieza del aire se cruzan iniciativas relativas a la dotación de flotas de servicios públicos que funcionen con energías alternativas como los biocarburantes o los vehículos híbridos.

Igualmente, hay propuestas coincidentes, aunque más o menos explícitas en su puesta en marcha, acerca de disuadir el tráfico privado en las principales vías urbanas con el empleo de superficies en las afueras utilizadas como aparcamientos vigilados. EFECOM

aa/txr

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