MADRID (Reuters) - En un movimiento inesperado, ACS dio un giro radical en su estrategia en Iberdrola al vender un 3,7 por ciento del capital de su participada acuciada por la deuda y los costes asociados a la financiación de la participación como consecuencia de la caída bursátil.
"Puede ser interpretado como una señal de debilidad (de ACS (ACS.MC) con respecto a sus finanzas, ya que está vendiendo esta participación tras un fuerte descenso en las acciones de IBERDROLA (IBE.MC)el año pasado, y va en contra de las declaraciones realizadas previamente por la directiva", dijeron los analistas del banco portugués Espirito Santo.
ACS, que acumula una deuda financiera de más de 9.000 millones de euros sin contar con los 3.700 millones pendientes de pago en activos que pretende vender, colocó el paquete de Iberdrola por 800 millones de euros, con una minusvalía neta de 540 millones de euros.
El grupo constructor, que sigue considerando se inversión en Iberdrola "estable y a largo plazo", quiso señalar que espera compensar las minusvalías con las ventas de activos previstas para el año en curso, que su presidente cifró a primeros de marzo en unos 3.000 millones de euros.
La constructora, que tras la desinversión mantiene un 14,85 por ciento en acciones y equity swaps sobre la eléctrica, soporta una gran minusvalía latente al tener los títulos contabilizados a un precio medio de 7,1 euros por acción.
En los últimos 30 días, las acciones de Iberdrola han caído un 13,9 por ciento, acumulando en los últimos 12 meses un descenso del 35 por ciento.
ACS justificó la operación en una "medida de prudencia" que responde a una volatilidad de las últimas semanas que requería muchos colaterales. Espirito Santo estima que ACS tiene que aportar una garantía de 400 millones de euros por cada caída de 0,5 euros por acción en la cotización de Iberdrola.
Con los títulos cayendo el miércoles más de un seis por ciento a 3,639 euros, la acción de ACS se ha visto recientemente presionada al mencionar diversos analistas que el grupo constructor tenía que depositar más garantías ("margin calls")si el precio de la eléctrica descendía de los cuatro euros.
"(Es) un cambio de estrategia que creemos responde a la caída de la cotización de la eléctrica y la necesidad por parte de ACS de tener que aportar más garantías", opinó Renta 4 tras recordar que ACS ha manifestado en diversas ocasiones su intención de aumentar su participación en Iberdrola, incluso hasta el 30 por ciento.
Sin embargo, aunque admitió que la operación cerrada el miércoles permitirá liberar garantías - estimadas por analistas entre 200 y 300 millones de euros -, ACS rechazó presión alguna de los bancos para la enajenación.
"Ni que decir tiene que esta desinversión parece haber sido forzada por los bancos", dijo Cheuvreux, para añadir que la cuestión más acuciante de ACS es la liquidez y no el vencimiento de 750 millones de euros de deuda en 2012.
Además de arrastrar fuertes costes crediticios, deudas pendientes de pago de ayuntamientos y comunidades autónomas de 2.300 millones de euros y enfrentar un brusco descenso de la obra pública, ACS arrastra también fuertes minusvalías por su participación en Hochtief.
Aunque la alemana permitió al grupo duplicar sus ventas en 2011, a finales de febrero desveló pérdidas en el ejercicio 2011 y el abandono de una generosa política de dividendos que suponía una importante entrada de caja para la española.
Tras reiterar en diversas ocasiones durante una conferencia con analistas que no pretende vender más acciones de la eléctrica, ACS se reafirmó en su pretensión de tener presencia en el consejo de la eléctrica, con la que mantiene una larga y cruenta batalla legal.
Mientras que el Supremo ha apoyado la Ley que eliminaba la restricción de voto en Iberdrola y otras empresas a un máximo del 10 por ciento, otros tribunales han dado la razón a la eléctrica en varias ocasiones en su decisión de no dar entrada a ACS en el consejo alegando cuestiones de competencia.
VENTAS DE ACTIVOS A LA VISTA
Tras refinanciar 1.377 de los 2.400 millones de euros que vencían este año, ACS confía en culminar la venta de activos no estratégicos para reducir su crédito pendiente.
En una conferencia con analistas, ACS dijo que "en las próximas semanas" anunciarán nuevas desinversiones en un contexto de fuertes restricciones crediticias y de acceso a los mercados mayoristas.
El grupo, que recientemente acordó la venta parcial de su filial de servicios Clece por 150 millones, también busca comprador para 750 MW de activos renovables, nueve líneas de alta tensión en Brasil, desaladoras y diversos activos concesionarios de autopistas.