Por Santi G.Bustamante
Nueva Delhi, 2 mar (EFECOM).- Las regiones indias de Alapakkam y Marakanam se han llenado estos días de alegría, ya que, por fin, sus habitantes no tienen que caminar dos horas diarias para recoger agua, al instalarse en sus tierras fuentes que les permiten evitar ese pesado viaje, que no siempre obtiene recompensa.
Ello ha sido posible gracias a la financiación del Banco Asiático de Desarrollo (BAsD), que ha aportado 11,5 millones de rupias (unos 200.000 euros) para el suministro de agua potable en estas regiones de la India, situadas en la costa este, que están formadas por veintidós poblados y que cuentan con cerca de 11.000 habitantes.
Alapakkam y Marakanam fueron dos de las regiones más afectadas el 26 de diciembre de 2004 por el tsunami, que además de víctimas, también dañó los servicios básicos, aunque precarios, de la zona.
Las fuentes forman parte de un paisaje rodeado de chabolas en un estado pésimo (la redundancia es necesaria), con un grupo numeroso de niños que corre descalzo por los poblados -con un "pantalón" como única prenda de vestir-, pero que al observar a los periodistas españoles, los reciben con una alegría en sus caras que difícilmente puede verse en las criaturas de su edad del mundo desarrollado.
Su sonrisa es sincera y observan con entusiasmo la presencia de personas ajenas a su mundo, que visitan su poblado para asistir a la puesta en marcha del suministro de agua potable en sus tierras.
Cuando ven la filmación realizada por la cámara de televisión experimentan un gozo y una satisfacción que se escapa de la posibilidad de describirlo con las palabras que manejamos.
Se ven reflejados en imágenes y ven a sus seres más cercanos de una forma inédita para ellos.
Es entonces cuando recordamos lo privilegiados que somos quienes vivimos en países desarrollados y nos acordamos de los niños que han tenido la suerte de nacer en ellos, frente a estos otros que ahora se sienten afortunados porque sus madres no van a tener que caminar dos horas todos los días para conseguir agua, un objetivo que no siempre logran.
Ahora los habitantes de Alapakkam y Marakanam son felices (la felicidad en la India no se rige por los mismos valores que en los países desarrollados) y ya piensan en su siguiente sueño: tener una casa, increíble, ¿no?, pero seguro que cuando ellos piensan en una casa no lo hacen de la misma manera que los habitantes del primer mundo. EFECOM
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(con vídeo)