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Los verdes franceses, en crisis ante las elecciones

PARÍS (Reuters) - Hace nueve meses, Eva Joly, la candidata presidencial de la izquierda ecologista francesa, fue elogiada como una mujer maravilla que podría llevar al partido a nuevas alturas en el escenario nacional. Ahora sus seguidores se preguntan en voz alta cómo pudo salir todo tan mal.

Conforme se acercan los comicios, Joly llega cojeando a la línea de meta con una intención de voto del 2-3 por ciento en los sondeos sobre la primera de las dos vueltas, muy lejos del 8 por ciento que el partido predijo en junio de 2011.

Política y físicamente dañada tras caerse por las escaleras de un cine, la ex magistrada ha tenido que combatir los rumores de que se retiraría antes de la carrera para desviar sus seguidores al favorito, el socialista François Hollande.

Pero mientras Joly aguanta en el puesto, diciendo que prefiere un mal resultado al deshonor de la rendición, su partido antinuclear ha bajado a la arena de la disputa interna sobre lo acertado de nombrarla candidata y de molestarse en acudir a las presidenciales.

Esa crisis de identidad contrasta con el éxito de los Verdes en Alemania, que se espera desafíen a la coalición de centroderecha de la canciller, Angela Merkel, en unas elecciones federales el año que viene.

¿GRAN ERROR?

Ha sido una gran caída en desgracia. Tras registrar sus mejores resultados en unas elecciones al Parlamento Europeo en 2009 con un 16,3 por ciento de los votos, los verdes eran optimistas sobre sus perspectivas para este año.

El contexto general era favorable, ya que el desastre nuclear de Fukushima en Japón alimentó el debate sobre la dependencia de energía nuclear.

Viendo una oportunidad, los fieles del partido querían un candidato con suficiente influencia para romper una maldición de buenos resultados en comicios locales y europeos, y posteriores tropiezos a nivel nacional.

Joly, conocida por su dureza e integridad como magistrada en los 90, cuando perseguía a criminales de guante blanco, incluyendo políticos, entró tarde en política y no se había estrenado en campaña nacional.

En una carrera dominada por la economía en la que los votantes de izquierdas se centran en expulsar al presidente conservador, Nicolas Sarkozy, la voz de Joly se vio sofocada, según dijo el eurodiputado verde francoalemán Daniel Cohn-Bendit a los periodistas en el club de prensa angloamericano de París.

No han ayudado su francés con acento noruego y su estilo directo, que muchos ven como "gélido" y que ha provocado burlas.

"Hay un problema real de personalidad. Cuando probamos a los seis primeros candidatos en términos de personalidad, ella aparece de forma consistente como la menos agradable", dijo Jean-François Doridot, de la encuestadora IPSOS.

A dos semanas de la primera ronda de las elecciones, Joly tiene su propia opinión de qué salió mal: una clase política machista que excluyó a una mujer que no fue a los colegios adecuados y que habla con acento.

Otros aluden a tropezones políticos y una tendencia a herir la sensibilidad francesa como motivos más importantes.

Su mayor error llegó en noviembre, cuando guardó silencio y dejó a los Verdes cerrar un acuerdo con los socialistas que les asegura escaños en el Parlamento a cambio de aceptar un plan a largo plazo para reducir el uso de energía nuclear al 50 por ciento de la energía generada en 2050.

"Una vez cerrado ese acuerdo, perdió toda oportunidad", dijo la ex parlamentaria verde Martine Billard, que ahora asesora al candidato de ultraizquierda Jean-Luc Melenchon. "La gente lo vio como un abandono completo de sus principios por unos pocos escaños en el Parlamento".

/Por Nicholas Vinocur/

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