El Gobierno podría enfrentarse antes del verano a una nueva guerra de precios en la industria tabacalera si no reforma los impuestos que gravan los cigarrillos para subir la tasa que pagan las marcas más baratas.
No se trata de ninguna amenaza, pero tres de las cuatro grandes compañías que operan en el mercado -Philip Morris, Japan Tobacco y British American Tobacco (BAT)- han planteado al Ejecutivo la necesidad de cambiar la legislación para evitar la venta de tabaco a bajo precio, porque de lo contrario se verán obligadas a bajar también los suyos. Altadis, la filial de Imperial Tobbaco, defiende sin embargo justo lo contrario y ha anunciado que la compra de tabaco extremeño dependerá de que se mantenga o no la actual estructura.
¿Qué impuestos gravan los cigarrillos?
Actualmente, hay tres impuestos que gravan los cigarrillos. Además del IVA, del 18%, hay una tasa específica o fija, de 0,25 euros por cajetilla, y otra ad valorem, que se marca de acuerdo al precio y que está establecida ahora en un 57% sobre el coste final. La normativa fija además un impuesto mínimo de 2,34 euros, obligando así a que la suma de todas las tasas alcance al menos ese importe, con lo que se impide vender por debajo de ese nivel.
Lo que quieren Philip Morris, BAT y Japan Tobacco es que suba la parte fija y baje la porcentual, actualizando además cada año de forma automática el mínimo -de acuerdo con el precio medio ponderado- para que las cajetillas por debajo de 3,80 desaparezcan de forma definitiva. Todo ello además de subir los impuestos a la picadura de liar, cuyo crecimiento está ahora mismo disparado debido a la baja fiscalidad que soporta en comparación con el cigarrillo tradicional.
"Si el Gobierno no lleva a cabo esta reforma, el sector se verá abocado en breve una bajada de precios y habrá, seguro, una nueva guerra que reducirá sustancialmente los ingresos del Estado", asegura un directivo del sector, que prefiere mantener el anonimato, y que acusa además a Altadis de "estar haciendo un chantaje en toda regla al Gobierno al decir que sólo seguirá comprando tabaco en Extremadura si las cosas siguen igual y mantiene su marcas low-cost, como Ducados Rubio".
Las razones de Altadis
Altadis considera, en cambio, que es necesario congelar durante dos años la estructura fiscal del tabaco para que el mercado se estabilice y recuperar la cifra de recaudación tras el descenso producido en 2011 por la reaparición del contrabando. "A la vista de la experiencia pasada y de nuestra aportación en términos de recaudación al Estado, debemos concluir que la única manera de garantizar el nivel de ingresos mediante los impuestos especiales es congelar al menos durante dos años la estructura fiscal, y permitir así al mercado recuperarse, dentro de la delicada situación económica que tiene el país", asegura Jaime Gil Robles, director de Asuntos Corporativos de la compañía.
"Somos la única empresa con fábricas en España, la que mayor empleo tiene y la que más volumen compra en Extremadura y queremos mostrar nuestra voluntad de colaborar con todos los agentes públicos y privados para generar un marco estable en el mercado", asegura. La recaudación fiscal por el tabaco cayó el año pasado a 7.783 millones de euros, lo que supone 212 millones menos que en 2010. Según Altadis, si hay otro cambio, se reducirá en otros 61 millones.