Resulta curioso que el promotor de incrementar los impuestos a los ricos, el archiconocido Warren Buffett, vuelve de nuevo a verse envuelto en un oscuro asunto con el Internal Revenue Service (es decir, el equivalente al Departamento de Hacienda de Estados Unidos). Según revelaba Andrew Ross Sorkin en el New York Times, el gobierno ha presentado una demanda en Ohio contra el negocio de aviación privada del Oráculo de Omaha, Netjets, al que pide un total de 366 millones de dólares en penalizaciones fiscales.
En su artículo, Sorkin, intimo amigo del tercer hombre más rico del planeta, intentaba edulcorar el asunto al afirmar que esta situación viene propiciada por "arcaico y enrevesado" sistema fiscal de EEUU, donde el IRS muestra dudas y brechas sobre la interpretación de sus propias normas. El caso en sí es bastante complicado.
El Departamento de Hacienda de EEUU quiere penalizar a la compañía de Buffett por no haber recolectado de sus pasajeros la conocida como "ticket tax", básicamente el impuesto que el resto de los ciudadanos de a pie pagamos al gobierno federal del país cada vez que cogemos un avión (el equivalente al 7,5 por ciento del valor del billete más otros 3,80 dólares por vuelo en el caso de ida y vuelta).
Una vez más, el asunto se complica cuando se refiere a la clase más adinerada del mundo. Al fin y al cabo, los millonarios que suelen usar los aviones privados de Netjets no compran un billete en sí sino que suelen pagar por horas de vuelo, de ahí que la compañía de Buffett no haya recaudado debidamente la tasa pertinente entre sus clientes.
A ello, habría que añadir otro asunto. El propietario de un avión privado no está sujeto a este tipo de impuestos, véase el ejemplo del propio Buffett, pero muchos individuos son propietarios "colectivos" de un avión privado compartido, es entonces cuando el asunto se complica todavía más.
El IRS ha considerado que en el momento en que el propietario de un avión (sea único o compartido) pone en manos de una empresa la gestión y mantenimiento de la aeronave, dicha compañía ofrece un servicio de transporte que debe fiscalizarse. Como resultado, el gobierno sostiene, que los propietarios de NetJets deberían estar obligados a pagar los impuestos de transporte en dos frentes - un impuesto sobre las tarifas para poner el avión en el aire y otra sobre el mantenimiento.
NetJets ha cobrado el primer impuesto a los propietarios de sus aviones desde 2003, cuando un tribunal dictaminó que debía cobrar dicha tasa sobre las tarifas que pagan los propietarios por sus horas de vuelo. Sin embargo, el tribunal no se pronunció sobre si las empresas de gestión también debía cobrar un impuesto sobre los gastos mensuales por el mantenimiento y cuidado de los aviones, cuyo coste puede ser más alto que las tasas de vuelo por hora.
Es por ello que ahora, NetJets y su división, han presentado su propia demanda contra el IRS, en la que expone que la compañía "cuenta con una factura de 642 millones de dólares en impuestos atrasados que el Departamento de Hacienda nunca indicó que la empresa estaba obligada a cobrar a sus clientes". Además, las compañías de Buffett dicen que si el gobierno quiere realmente cobrar dicho impuesto, no debería enviarle la factura a ellos sino directamente a los miles de propietarios de aviones en el país.
Howard Gleckman, experto del Centro de Política Tributaria, explicó al New York Times que "al igual que cualquier contribuyente, NetJets intenta interpretar un estatuto fiscal ambiguo de la forma más favorable posible para la compañía?.