París, 3 jul (EFECOM).- El Consejo de administración de Renault aprobó hoy la propuesta de su presidente, Carlos Ghosn, de iniciar conversaciones con el estadounidense General Motors (GM) con vistas a una eventual alianza si éste la propone.
El consejo "ha aprobado la propuesta de Carlos Ghosn" y, por tanto, "podrán iniciarse conversaciones con General Motors sobre una potencial alianza en el momento que General Motors lo proponga", anunció el grupo Renault en un escueto comunicado.
Los administradores precisan que esta decisión ha sido adoptada tras analizar "la iniciativa de Tracinda de proponer a General Motors desarrollar una nueva alianza con Renault y Nissan", en alusión a la idea del financiero Kirk Kerkorian, accionista minoritario de MG (9,9%) vía su fondo de inversiones Tracinda.
El Consejo de administración de Nissan había dado luz verde esta mañana a las "conversaciones exploratorias" con GM.
Los contactos los inició Kerkorian hace unas semanas al tantear a Ghosn, con el que se entrevistó el pasado 15 de junio en Nashville, sede estadounidense de Nissan, junto al administrador que le representa en GM, Jerome York.
Ghosn, presidente de Renault y Nissan, defendió hoy ante los otros administradores la oportunidad de una oferta de la que no se conocen oficialmente los detalles, aunque las filtraciones indican que se trataría de que las dos compañías se hagan conjuntamente con hasta el 20% de GM por unos 3.000 millones de dólares.
Este proyecto no hace soñar a los inversores, de hecho las acciones de Renault se apreciaron hoy sólo un 0,24 por ciento.
Renault se ha limitado a señalar que su alianza con Nissan "nunca ha estado limitada a dos socios", sino que "podría ampliarse" pero también que no se plantea una fusión con el gigante estadounidense.
Para el grupo francés, este proyecto le llega en un momento en que se ha embarcado en un programa para atajar la pérdida de competitividad mediante el lanzamiento de 26 nuevos modelos de aquí a 2009 que deberían permitirle aumentar las ventas en 800.000 unidades en cuatro años y elevar su margen operativo al 6%.
Una asociación con GM puede servirle para entrar en el mercado estadounidense, una idea que Ghosn había dejado de lado a la vista de los fracasos que ha cosechado a lo largo de la historia.
Los dos grupos están aliados en Europa desde 1999 por un acuerdo para fabricar furgones que se ha materializado con más de 1,2 millones de unidades, y al que Nissan se unió el pasado mes de mayo.
El interés de Kerkorian se debe a su admiración por la capacidad de Ghosn para sacar a Nissan del agujero en que se encontraba a finales de los 90 y hacer de él uno de los grupos más rentables.
En segundo lugar, está la alianza Renault-Nissan con participaciones cruzadas (el francés tiene un 44% del japonés y éste un 15% del primero) que ha permitido el desarrollo conjunto de programas con optimizaciones de costos para las dos partes.
La fuerte subida en bolsa experimentada por GM tras el anuncio el viernes de los planes de alianza (casi un 9% en un sólo día), permite ver las expectativas que se abren para el grupo.
Teniendo en cuenta que GM vendió el pasado año cerca de 8,4 millones de coches, Nissan 3,6 millones y Renault 2,5 millones, los tres juntos superarían ampliamente los 8,5 millones del gran competidor Toyota, y su facturación conjunta sería de 322.000 millones de dólares, cerca de Exxon, la mayor empresa del mundo.
Pero no son pocos los que advierten de los riesgos de la propuesta de Kerkorian, y recuerdan en particular que GM con 10.500 millones de dólares de pérdidas el pasado año presentó los peores resultados de la historia de la industria automovilística.
Unos resultados que reflejan la caída a los infiernos de una empresa que desde 1981 y hasta ahora ha visto disminuir su cuota de mercado en Estados Unidos del 43 al 23,5%.
Y eso pese a los sucesivos ajustes que han reducido su plantilla en Norteamérica de 618.000 personas en 1979 a 141.000 ahora, y que disminuirá en 35.000 más en los próximos años.
GM está lastrado por las obligaciones derivadas del sistema de pensiones y de cobertura sanitaria de sus trabajadores y ex empleados, pero también por una gama de vehículos poco atractiva para el mercado estadounidense, y sobre todo poco adaptada al encarecimiento de los precios del combustible, que es cada vez más un criterio para la compra de un coche.
Por eso en Renault se insiste en que antes de lanzarse en una alianza con un gigante con pies de barro hay que prepararse de manera sólida y eso requerirá probablemente años y no meses. EFECOM
ac-cat/jla