
La absorción de Cajatres por parte de Ibercaja supondrá un recorte de oficinas del grupo resultante de unas 200 oficinas debido, principalmente, a la duplicidad de red existente en Aragón. Estas son las primeras estimaciones sobre el ajuste que tendrá que llevar a cabo la nueva entidad, que alcanza el 12% del total.
Si bien estos números son preliminares y su definición dependerá también de los movimientos que realice Ibercaja. La próxima semana está prevista la adjudicación de Unnim, proceso en el que participa la caja aragonesa.
Lo mismo ocurre con el excedente de personal. "Todo está en el aire", explican fuentes cercanas al grupo. En principio, el recorte de plantilla podría alcanzar el millar, es decir, un 13% del total.
Según explicó ayer la dirección a los sindicatos en una reunión, la disminución del número de trabajadores no se llevará a cabo a través de medidas traumáticas. De hecho, en Ibercaja hay margen suficiente para poder llevar a cabo unas 800 prejubilaciones para el personal mayor de 55 años.
En los últimos catorce años, la caja que preside Amado Franco no ha llevado a cabo procesos de prejubilación. En Caja 3, fruto de la fusión entre CAI, Badajoz y Círculo, ya se han acogido a prejubilaciones y bajas incentivas casi 300 empleados, pero todavía cuenta con margen suficiente para mermar su personal de más de 55 años en más un centenar.
La fusión de Ibercaja y Caja 3 dará lugar al décimo tercer grupo del sector, que nacerá con un volumen de oficinas de 1.622 y unos 7.500 trabajadores. La mayor duplicidad, además de en servicios centrales, se produce en la provincia de Zaragoza, donde entre ambas suman más de 400 sucursales.
Nuevas oportunidades
El proceso de reestructuración mantiene abierto cualquier movimiento corporativo. Ibercaja analizará las oportunidades que surjan para abordar una nueva integración. En los últimos meses ha entablado conversaciones, entre otras, con Banca Cívica.
Esta incertidumbre sobre la configuración del mapa financiero español deja en el aire también las cuotas de poder en el grupo resultante de Ibercaja y Caja 3. Lo que no cabe duda es que Amado Franco será su máximo responsable y, previsiblemente, el número dos de Ibercaja, José Luis Aguirre, su consejero delegado.
El nuevo grupo tendrá su sede social y sus servicios centrales en Zaragoza, y algunas unidades de negocio en Burgos y Badajoz. Con la integración, Ibercaja amplía su presencia en territorios donde antes no estaba y también llega a Portugal. En siete provincias, su cota de mercado será significativa.
La absorción le servirá para poder beneficiarse de las ventajas del nuevo reglamento para sanear su balance y limpiar los activos inmobiliarios. Ibercaja anunció hace varias semanas que necesitaba 781 millones de euros para cumplir con la nueva normativa de provisiones y capital. La fusión le permitirá llevar a cabo este aumento del colchón de dotaciones y recursos propios en un plazo de dos años, hasta finales de 2013.