BRUSELAS/PARÍS (Reuters) - La economía de la eurozona se contrajo a finales de 2011 y flirteará con una recesión suave bajo el peso de la crisis de la deuda soberana, pero la fuerza de Francia y la elasticidad en Alemania puede mantenerla a flote.
Los obstáculos proceden del sur del continente, altamente endeudado, cuya situación la resume Italia.
El producto interior bruto de los 17 países de la moneda única cayó el 0,3 por ciento en el último trimestre del año, respecto al trimestre anterior, como preveían los economistas en una encuesta de Reuters, dijo el miércoles la oficina de estadística de la UE, Eurostat.
Se trata de la primera contracción desde el segundo trimestre de 2009, en el punto álgido de la crisis financiera global, cuando el PIB cayó un 0,2 por ciento. La economía de la UE también cayó un 0,3% entre octubre y diciembre.
Pero el progreso económico estuvo muy diversificado.
"Estamos viendo divergencias regionales muy amplias y estos datos del cuarto trimestre no nos ayudan a ver hacia dónde va la economía", dijo Greg Fuzesi, economista europeo de JP Morgan. "Las bases te hacen pensar que la economía se quedará en recesión pero los sondeos de negocios sugieren lo contrario", añadió.
Subrayando lo venenosa que ha sido la crisis de deuda para los negocios y la economía, el Producto Interior Bruto creció solo un 0,7% en el cuarto trimestre en comparación con el año anterior, tras haberse expandido un 2,4 por ciento al inicio de 2011, cuando Europa parecía recuperarse con fuerza de la crisis financiera del 2008/09.
Pese a algunas señales de estabilización en enero de este año, ayudado por unos mercados de capitales más tranquilos y un crecimiento más fuerte en Estados Unidos, los analistas consultados por Reuters estiman que la economía de la zona euro se contraerá un 0,4 por ciento en 2012 y que sólo volverá a crecer en el 2013.
Esta proyección está casi en línea con la estimación del Fondo Monetario Internacional, que prevé una caída del 0,5 por ciento en el PIB de la zona euro este año.
DISTANCIÁNDOSE
Incluso una recesión suave enmascara la distancia entre las naciones ricas del norte de Europa y las más pobres y menos productivas del sur, que vivió por encima de sus posibilidades y ahora afronta años de austeridad para reducir deudas y reformar sus economías.
La economía alemana, la mayor de la zona euro, se contrajo ligeramente en el último trimestre del año pasado, pero aún así tanto este país como Francia estuvieron por encima de las expectativas.
El Producto Interior Bruto (PIB) alemán se contrajo un 0,2 por ciento en el cuarto trimestre, una desaceleración desde una revisión al alza de un 0,6 por ciento en el período julio-septiembre, con el comercio y el consumo privado pesando sobre el crecimiento.
La encuesta mensual sobre sentimiento económico del grupo de expertos alemán ZEW saltó el martes por tercer mes consecutivo a su nivel más alto desde abril de 2011, lo que refuerza los indicios de que Alemania está volviendo al crecimiento.
Francia salió mejor parada, con un crecimiento más fuerte de lo esperado de dos décimas en el último trimestre respecto al anterior, con una mejora de la inversión empresarial y una demanda interna sólida. Este dato llevó el crecimiento anual al 1,7 por ciento, en línea con las perspectivas gubernamentales.
A finales del año pasado, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pronosticó una "recesión leve" para la eurozona. Su última valoración, en una rueda de prensa la semana pasada tras la última reunión sobre política monetaria, fue que hay pruebas de "una estabilización de la actividad económica a un nivel bajo".
Finlandia presentó un crecimiento trimestral del 0,7%. La excepción en el norte europeo fue Holanda, que cayó en recesión al contraerse un 0,7% en el periodo tras una caída del 0,4 en el trimestre anterior.
SIN CONSUELO EN EL SUR
Pero hacia el sur no había consuelo para las economías europeas, a quienes la Comisión Europa advirtió esta semana de que precisaban de reformas y las puso en una lista negra presionándolas para que actuaran o se enfrentaran a sanciones.
La economía italiana se contrajo un 0,7 por ciento frente al tercer trimestre y cayó oficialmente en recesión, sumándose a Bélgica, Grecia y Portugal, que ya estaban en esa situación.
El Fondo Monetario Internacional prevé una contracción del 2,2 por ciento en 2012, mientras que el Banco de Italia augura un declive más modesto de entre un 1,2 y un 1,5 por ciento. El Gobierno aún mantiene sus previsiones oficiales de un -0,4 por ciento, considerado irreal por todos los organismos independientes.
Mientras continúan las peleas sobre un segundo rescate griego aún por resolver, los datos del martes mostraron que la economía griega se contrajo un 7 por ciento anual en el cuarto trimestre, mucho peor que el descenso del 5 por ciento del periodo anterior. Las medidas de austeridad demandadas por los prestamistas del país probablemente empeoren la situación.
Las cifras también podrían dificultar llegar a acuerdos en respecto a los objetivos de deuda, lo que cuestionaría la oportunidad de acometer recortes tan profundos.