
Tras años de cierres y reestructuraciones, la industria azucarera española parece tener por fin su futuro asegurado. El grupo británico Associated British Food (ABF), que adquirió Azucarera hace dos años por 577 millones de euros al grupo español Ebro Foods, ha puesto en marcha un ambicioso plan de inversión, por un importe total de 300 millones, con el que pretende garantizar la competitividad de sus fábricas.
El gigante alimentario, que es propietaria también de la cadena de tiendas irlandesa Primark, cuenta actualmente con tres centros de producción en Castilla y León -en Toro (Zamora), La Bañeza (León) y Miranda de Ebro (Burgos)- y otro en Jerez de la Frontera (Cádiz), donde hay también un centro de envasado de azúcar.
Liberalización pendiente
En una entrevista con elEconomista, Juan Luis Rivero, consejero delegado de Azucarera, explica que el gran reto es poder hacer frente a la próxima liberalización del mercado. Actualmente, la producción en la Unión Europea está regulada por cuotas, lo que frena la importación masiva de terceros. La mayor preocupación para el sector es que Bruselas prevé liberalizar el mercado en la campaña 2014/2015, con lo que Brasil, el mayor productor del mundo, podría inundar el mercado con su azúcar y poner en peligro a la industria comunitaria.
Según Rivero, "el sector ha pedido a la Comisión Europea aplazar el fin de las cuotas hasta 2020, permitiendo así un proceso de transición y adaptación similar al que se ha llevado a cabo con otros productos". En cualquier caso, y ante lo que pueda pasar, British Food no se ha quedado tampoco parada y está decidida a garantizar la viabilidad de las plantas españolas de Azucarera.
Inversión y competitividad
"Hemos invertido ya 65 millones de euros en la refinería de Jerez. Y durante los próximos cinco años hay presupuestados unos 75 millones de euros para aumentar la competitividad, además de entre 15 y 20 millones cada ejercicio en mejora de las instalaciones y entre 10 y 15 millones más en mantenimiento", asegura.
Se trata de una decisión muy importante para un sector que ha vivido años de incertidumbre y en el que Azucarera, líder absoluto del mercado, cuenta con 850 trabajadores fijos y 1.150 discontinuos, además de generar muchos más puestos indirectos en el campo con el cultivo de la remolacha. Rivero defiende asimismo el alto rendimiento del campo español.
"En Castilla y León se ha vuelto a batir el récord en la última campaña con una producción de 102 toneladas por hectárea, muy por encima por ejemplo de Francia, que pese a contar con mejores condiciones climáticas y no necesitar riego, sólo están produciendo 90 toneladas por hectárea. La remolacha española tiene un gran futuro", sentencia Rivero. Lo más importante además, sobre todo de cara a la previsible entrada de azúcar brasileño, es que el cultivo está mejorando cada vez un poco más.
España tiene asignada una cuota de producción de 440.000 toneladas, de las que 375.000 corresponden a Azucarera y el resto a la cooperativa castellano-leonesa Acor. Gracias al alto rendimiento del campo y la alta competitividad de sus plantas, la filial de British Food está superando con creces esa cifra, pero el azúcar no se pierde.
"Europa ha permitido reclasificaciones puntuales de cuota para atender el consumo y el resto lo estamos exportando", asegura el consejero delegado de la empresa.
Azucarera alcanzó en 2011 una cifra de negocio de 700 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 16% respecto al año anterior, y demuestra, pese a la crisis económica que golpea al país y la caída del consumo, la solidez actual de la empresa. Eso sí, frente a la apuesta por la remolacha, la compañía descarta por ahora invertir en la producción de biocombustibles. "No es ahora mismo nuestra prioridad", asegura Juan Luis Rivero.